Salimos de la gran crisis de la pandemia y aún estamos saliendo de ella, del encierro. Durante este tiempo hemos aprendido que nadie tiene comprado el mañana, el minuto siguiente. Fue una cátedra de lo que es la incertidumbre, el miedo, el enemigo escondido.
Cambiaron nuestras formas de trabajar, de comprar, afloraron sentimientos como el egoísmo, el temor colectivo, el estrés constante, la convivencia forzada.
Los jóvenes, milenials, están viendo un mañana poco cierto, temen al futuro, para como está el mundo no quieren o no saben si desean tener hijos, el trabajo de empleado no lo ven como alternativa inmediata al concluir estudios.
Por todo lo anterior una vida más sencilla. Si no refuerzas con tu producto o servicio el sentimiento de tranquilidad, no te harán caso, no tienen tiempo para atender a todos. Buscan lo sencillo, basta de complicaciones. Están metidos en las redes sociales donde los miles de impactos no ayudan a la paz mental. Los anuncios y videos sencillos, sin texturas llamativas, sin gritos –las mayúsculas equivalen a gritar– sin signos de admiración, son mejor aceptados.
Después de la crisis sanitaria, ser positivo era el camino, ser optimistas ayudaría a pasar la pandemia, sin embargo, con los destrozos económicos que dejó y la falta de empleo, de oportunidades, los jóvenes, sobre todo ellos, no la ven fácil.
Por ello, las siguientes recomendaciones:
– Explícales cómo es que tu producto o servicio les facilita la vida. No pierdas el tiempo hablándoles de lo maravillosa que es tu marca y de sus increíbles características, no les importa.
– Recordar que este grupo está aburrido de siempre lo mismo. Si tu producto o servicio es sustentable, amable con el medio ambiente, por ejemplo, dilo y explica el porqué. Esto sí les interesa y mucho.
– Averigua todo lo posible de los milenials, de tu grupo objetivo –buyer persona, dicen unos– de sus gustos, miedos, creencias, todo. ¿Cómo hacerlo? Pregúntales, NO supongas, te equivocarás, haz encuestas, sesiones de grupo… Sólo así podrás conseguir su atención y preferencia por tu marca.
– Un consumidor satisfecho es envidiado por otros que desean tu producto y no lo han comprado, también por aquellos que escuchan cómo te sirvió, aun sin saber que tu marca existía. Los testimonios son un elemento de marketing muy valioso. El boca a boca que ha existido siempre y siempre ha funcionado, también es efectivo con los jóvenes.
– Para ellos, toda buena notica, todo acontecimiento positivo, es bienvenido.
– Debes hablarles con toda sencillez, de manera coloquial, sin rodeos, directo al grano, tal y como dijo el escritor uruguayo, Horacio Quiroga: “La forma más clara de decir, el agua corre por el río, es, el agua corre por el río.”
Hasta el próximo miércoles.