- La industria de plásticos enfrenta problemas, especialmente en Europa debido a una caída del 8.3% en la producción.
- Mientras Europa disminuye su cuota de mercado, regiones como China y EE. UU. reportan un leve crecimiento.
- La viabilidad económica del plástico reciclado también se ve afectada por el exceso de plásticos vírgenes.
La industria de plásticos en Europa enfrenta problemas sin precedentes, con cierres de plantas debido a una disminución notable en la producción y problemas estructurales de competitividad en un mercado global saturado de materiales más económicos.
El descenso del 8.3% en la producción de plásticos europeos durante 2023, según Plastics Europe, pone en evidencia un panorama preocupante para los principales actores de este sector.
EL retroceso no solo afecta la fabricación, sino también el reciclaje mecánico, que experimentó una caída en la demanda por primera vez desde 2018.
El fenómeno se advierte con más fuerza en Europa, pero los problemas para la industria del plástico son globales a partir de los cambios de tendencias respecto del cuidado del medioambiente y la conciencia de los consumidores.
En este contexto, Virginia Janssens, directora general de Plastics Europe, calificó la situación como un golpe para la industria que llegó antes de lo anticipado.
Según Janssens, el fenómeno agrava las inquietudes sobre la “desindustrialización” de Europa, que podría derivar en una dependencia cada vez mayor de importaciones menos respetuosas con el medio ambiente, publica Financial Times este lunes 18 de octubre.
El panorama impacta especialmente a Alemania, el mayor productor de plásticos del Viejo Continente.
Un contraste global
Mientras Europa lidia con una disminución en su cuota del mercado global de plásticos, que pasó del 28% en 2006 al 12% en 2023, otras regiones como China y Estados Unidos reportaron un leve crecimiento.
De acuerdo con datos de S&P Global, la producción mundial de plásticos creció un 3.4% durante el mismo periodo, impulsada por China, responsable del 60% del aumento en capacidad petroquímica.
El desfase entre Europa y otras regiones se atribuye a varios factores. Los altos costos energéticos, la competencia de mercados con mano de obra y producción más baratas, y la presión regulatoria derivada de las políticas climáticas de la Unión Europea han jugado un papel importante.
Mario Draghi, expresidente del Banco Central Europeo, identificó estos elementos como principales obstáculos para el crecimiento económico de la región en un informe sobre competitividad.
Cierre de plantas, incluso en las que hacen reciclaje
El exceso de plásticos vírgenes en el mercado global ha debilitado la viabilidad económica del plástico reciclado. Esto lleva a empresas dedicadas al reciclaje a enfrentar situaciones críticas.
Plastics Recyclers Europe advirtió en un informe que esta tendencia está llevando a muchas compañías a la quiebra, lo que agrega presión a una industria ya vulnerable.
Gigantes como ExxonMobil y Sabic anunciaron cierres de plantas petroquímicas en Europa. LyondellBasell, Versalis y Trinseo también evalúan estrategias para cerrar o reducir sus operaciones.
En palabras de Rob Ingram, director ejecutivo de Ineos, las regulaciones en Europa constituyen una “herida autoinfligida”, al dificultar la inversión en tecnologías más sostenibles.
Además, señaló que, aunque la demanda de plásticos en Europa se mantiene estable, la inversión se está desplazando hacia Asia y Estados Unidos, donde los costos operativos son más bajos y las normativas ambientales menos restrictivas.
Fábricas de plásticos: un futuro en reconversión
El panorama actual plantea una interrogante central: ¿cómo alinear la competitividad de la industria del plástico con las metas de sostenibilidad global? Empresas como ExxonMobil han comenzado a diversificar su portafolio con proyectos de reciclaje avanzado, mientras que iniciativas como las de Basf buscan desarrollar plásticos biodegradables y apostar por economías circulares.
Sin embargo, el costo de estas tecnologías sigue siendo elevado.
En un mercado global dominado por materiales más económicos provenientes de Asia y América del Norte, Europa enfrenta una disyuntiva crítica: mantener sus estándares ambientales o adaptarse a las dinámicas del mercado global.
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