San Luis, Argentina.- Un argentino robó un vibrador de un sexshop, pero volvió para pagarlo cuando el dueño del punto de venta amenazó con publicar en Facebook las imágenes de las cámaras de seguridad.
Ocurrió en la ciudad de Villa Mercedes, en San Luis (en el centro oeste del país) y es la prueba de que la estrategia de extorsionar a un cliente, en algunos casos, puede ser efectiva. En especial si a ese “cliente” le gusta llevarse cosas sin pagar y, más aún, si lo que roba es un vibrador de un sexshop.
“El domingo 19 por la noche, Andrés, el dueño del sexshop, revisó las cámaras de seguridad y vio que un ‘cliente’ de esa mañana guardaba algo entre sus ropas. Fue a comprobar la mercadería a la venta en ese lugar del local y se enfureció al notar que le faltaba un vibrador de 300 pesos”, publicó el diario Día a Día.
La idea para recuperar lo robado no fue muy tradicional (Andrés no fue a la policía a hacer la denuncia), sino mucho más creativa y, con el resultado a la vista, muy efectiva.
“Le doy hasta mañana lunes 20 al que hurtó un vibrador de 300 pesos (unos 20 dólares) del sexshop para devolver el monto del objeto mencionado. Caso contrario, publico el video de la cámara de seguridad sin pixelar”. Eso escribió en un mensaje público en Facebook, acompañado de una captura del video con el rostro del “cliente” tapado, según La República.
La respuesta no tardó en llegar: “Por favor, no publiquen el video que tengo familia y voy a tener más problemas que Lázaro Báez y José López juntos (un empresario y un funcionario argentinos que están detenidos y por estos días aparecen en los medios implicados en distintos hechos de corrupción)”, escribió el ladrón en una carta que dejó por debajo de la puerta del comercio, junto con un sobre con los 300 pesos reclamados.
En la carta, pidió disculpas y dijo que estaba “muy arrepentido”, que “sentía vergüenza”, y que no le daba la cara para “dejarle el dinero en persona”.
La estrategia de cobro del comerciante no es la aconsejable en todos los casos. Hay que ir a la Policía y que ésta se encargue de su trabajo. Sin embargo, esta vez, la idea del vendedor pareciera haber sido tan disruptiva como efectiva.