Deberán despuntar la escucha, la tolerancia, el respeto, mediación, negociación, así como otras palabras y comportamientos de convivencia democrática.
La expresión y la intención de las palabras en un mundo hiperconectado alcanza un gran impacto, por lo que es una gran responsabilidad para cualquiera que tenga el poder de la comunicación y de la acción comunitaria conocer su significado y gestionar su uso apropiado.
Lo anterior podrá tener mayor sentido si nos ubicamos en la fecha del 1 de diciembre de 2018, día en que tomará protesta como presidente constitucional de México, el señor Andrés Manuel López Obrador, momento a partir del cual gobernantes y gobernados tendremos la oportunidad de construir un país próspero y justo; para tal cuestión todos habremos de poner o ceder algo de nuestra parte, cuidando, a costa de las diferencias, lo más importante que son nuestras relaciones en todos los ámbitos, como lo es: la familia, el trabajo y el de una sana convivencia social.
El contexto mundial
En los últimos 6 años hemos vivido importantes transformaciones producto de sorprendentes sucesos, tales como lo han sido la salida del Reino Unido de la Unión Europea, comúnmente abreviada como Brexit, y los triunfos de vetustos conocidos como lo son los nacionalismos, absolutismos y populismos, tal es el caso de Donal Trump como presidente de USA, y de Jair Messias Bolsonaro presidente electo de Brasil; estamos confiados que esa no será la ruta de México.
El contexto nacional
En México el arrollador triunfo de Andrés Manuel Lopez Obrador (AMLO) y el de los partidos aliados a su causa, son resultado de la inmensa corrupción e impunidad intolerable, así también suman las graves fallas del llamado neoliberalismo económico, el cual fue miope para no advertir, conectar y atender con comprensión y justicia la evolución rampante de la pobreza en un núcleo ingente de la población.
Salvaguardemos la legítima democracia
Somos un país que se precia de su democracia, y es la que deberá imperar para alcanzar un ambiente de concordia y cohesión social, que nos permita detonar el ansiado desarrollo económico.
En esencia las raíces y el consecuente plan de gobierno de AMLO no tienen discusión, ya que nadie estará en contra de la oportunidad de detonar el progreso económico, de tal modo que el país cumpla con las exigencias que presentamos en el siguiente cuadro (fuente Coparmex).
Convoquemos a nuestra madurez social
Esta madurez es indispensable o la anhelada “4ª Transformación” del nuevo gobierno será un socavón del cual difícilmente saldremos, por lo que las voces y sus concernientes acciones, como la escucha, tolerancia, el respeto, mediación, negociación, así como otras palabras y comportamientos de convivencia serán requisitos de conducta de las personas en lo particular, de la sociedad en general y de los nuevos gobernantes.
Obstáculos para convocar a esa madurez social
Tenemos que ser muy honestos en una convocatoria a la madurez social ya que existen obstáculos que debemos superar. Uno de ellos es que México sigue creciendo demográficamente de manera importante, por lo que la sociedad en su conjunto asciende a fases de convivencia más complicada, máxime cuando subsiste la desigualdad.
Por otro lado, con el avance digital podríamos estar pensando que estamos progresando hacia un mundo con mayor conectividad y calidad en la convivencia social, lo cual no es así, ya que esta hiperconexión digital, está creando mundos divergentes y muy antagónicos. Esto, al parecer, es alentado por diversos grupos interesados en la confrontación social.
Factores necesarios para convocar a la madurez social
Tenemos que estar conscientes de que los ciudadanos, como integrantes de una sociedad, siempre serán lo que concretarán el tipo de convivencia en su calidad de personas; es por esto por lo que la madurez ciudadana, que es la que genera la correspondiente a la madurez social, está reflejada en la calidad del respeto hacia sus semejantes.
El respeto es el efectivo disparador que facilitará la convivencia desde su contrato más profundo hasta lo más superficial. Convivir sanamente en sociedad solo lo alcanzaremos, si cada uno de nosotros, desde nuestras hogares y actividades económicas y sociales, logramos progresar percibiendo lo que atrae o agrada, lo que mortifica y lo que hace más fácil una armónica convivencia.
Estamos hablando definitivamente de bienestar social, lo cual no depende de una escueta congregación en las poblaciones con recursos, ya que el bienestar social estriba más en que los vecinos, con los que se comparte espacio, no irriten mutuamente la quietud, de una sana y deseada convivencia; hay factores claves y comunes en todas las comunidades que pueden transgredir la calidad de vida ciudadana, como lo son: la limpieza, olores, ruido, respeto, el uso de palabras altisonantes con un sentido agresivo ; esto aplica al ámbito de la comunicación digital.
Esta convivencia implica nuestro comportamiento en todas las actividades tales como eventos deportivos; ya vimos el comportamiento suscitado en Argentina a raíz de un partido, el cual fue suspendido, entre dos de los equipos con mayor arraigo en ese país, al atacar brutal y físicamente a los jugadores de uno de estos equipos.
La natural rebeldía
No podemos dejar de pensar que en una cambio o una transformación conllevan disgustos, inconformidades provocando comportamientos de rebeldía de ciudadanos contra el sistema, ya lo dijo Pablo Castellano Cardalliaguet “El ciudadano ha de ser ciudadano rebelde y crítico, no puede ser un ciudadano sumiso ni servil”, será importante que el ciudadano se encauce para manifestar que esa rebeldía no es contra sus conciudadanos, sino, contra la estructuras y diferencias sociales o políticas de su entidad. Ante lo anterior el ciudadano cuidará de no caer en la violencia, el agravio o la humillación; deberá prevalecer la madurez individual.
Hasta donde llegue la modulación de los ciudadanos hará que una comunidad de ciudadanos, una población o una gran urbe sea más habitable. La conciencia común, el actuar ordenadamente cuando se actúa colectivamente, sumando voluntades para sostener una vida comunitaria en respeto, hará que la suma de la madurez individual refleje una sociedad madura que actúa conjuntamente.
Alcanzar comportamiento cívico no se logra en breve tiempo, tenemos que rescatar desde las clases de civismo en las escuelas, y generar en cada uno de nosotros la comprensión de que una sociedad, en un país con el potencial que tiene México exige una gran sensibilidad y madurez social, así como mucho trabajo en comunidad para alcanzar a erradicar la pobreza, la desigualdad y para erradicar la corrupción y su comparsa que es la impunidad. Pero, antes que nada, y sin necesidad de gritar desesperadamente, será necesario entenderse con palabras y acciones clave en un compromiso de construir un mejor país.