Por Camila González
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@GFCam
En medio del maremagnum o de las app, en que cuando uno ya baja una hay 15 más que hacen lo mismo y que, claro, son mejores, uno ya no sabe ni para dónde mirar, ni qué instalar, ni qué actualizar. No es exageración, ese maremagnum nos está ahogando. Demasiadas posibilidades -muchas fantásticas, muchas inútiles y estúpidas-, pero sobre todo la sensación de no saber cómo hemos hecho para vivir sin que haya una aplicación que nos ayude para hacer cada cosa bien, nos mida hasta la última caloría del cuerpo o nos cuente las veces que pestañeamos.
Pues sí, está de locos la avalancha imparable de las app. Además porque ya casi no vamos a poder mover un dedo sin que una de ellas calcule para qué, cómo, etc. Y es tal la oferta que, aunque parezca un chiste, hay una que calcula los popos de perro que hay en su camino en la calle, para que no los pise (Poop Scoop); otra que sirve de confesionario y así practique eso de contar sus pecados a otro (Isin); otra (Fake a call) que va a hacerle llamadas falsas cuando lo necesite; o incluso la que le va a decir en qué momento de la película es menos grave salirse del cine para hacer pipí (RunPee).
Llevamos el teléfono hasta al inodoro, admitámoslo, y sentimos la muerte cuando la batería muestra pocas rayitas. Así, tal cual, el último estudio de Bank of America “Trends in consumer mobility report” reveló que 71% de los usuarios de teléfonos móviles en Estados Unidos duermen con su dispositivo a menos de un metro de distancia.
Lo irónico es que en medio de una vida cada vez más “app-izada”, también aparecen los antídotos: esas app que nos cuidan la adicción imparable a las mismas app y al celular. No está mal, ya somos unos zombis que ni volteamos a mirar cuando nos dan un beso.
Les cuento entonces de algunas app que nos van a salvan de las app, ¡este mundo absurdo!:
- Checky es el inicio para admitir que existe un problema, pues contabiliza cuántas veces al día desbloquea su aparato y luego le pasa su desastroso reporte…
- Pause controla el tiempo que usted destina a mirar la pantallita de la adicción. Incluso le plantea el reto de competir con sus amigos para ver quién aguanta más con su celular en modo avión.
- Forest le ayuda de una forma también lúdica y ecológica: la idea es que usted planta un árbol virtual que sólo puede crecer gracias a periodos de 30 minutos seguidos sin desbloquear su aparato. Cuando va a desbloquear, para nada, la aplicación intenta convencerlo de la importancia de llegar a tener un bosque… Upps.
- Para los de mente más técnica, quizás la opción sea QualityTime que le va a hacer un reporte diario, con gráficas y todo, sobre el tiempo que le regaló a cada app. Es una especie de espejo para que veamos cómo tiramos el tiempo a la basura. Si ya usted está dispuesto a rehabilitarse, bien, esta aplicación también le puede hacer un plan de tiempos y descansos programados. ¡Adelante, no es imposible!