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El ingreso bruto total de la industria del transporte privado alcanzó los 36 mil millones de dólares durante 2016 y se espera que registre los 285 mmdd durante 2030.
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Uber tiene alrededor de 60 millones de usuarios y presencia en unas 450 ciudades en el mundo en la actualidad.
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Este año registraría 110 millones de viajes al mes alrededor del mundo.
La violencia en la Ciudad de México es un problema grave. Los consumidores deben implementar medidas especiales a la hora de adquirir servicios como en el caso del transporte.
Las aplicaciones de transporte privado se habían convertido en una opción que los usuarios consideraban más segura que el transporte público, con asaltos a mano armada todos los días.
Sin embargo, esta seguridad que sentían al pagar por Uber, Didi, Cabify o cualquier otra compañía, comenzó a mermarse con la alarmante cifra de casos de violencia por parte de los conductores.
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Las violaciones a mujeres reportadas desde hace algunos años también en estos servicios, fueron una alerta definitiva para que los usuarios comprendieran que no eran una solución a la violencia que se vive en el país, sino parte de una sociedad sin una solución de fondo.
Las compañías atendieron esta sensación del consumidor y sus reclamos con algunas medidas que consideraron apropiadas, tales como botón de SOS, chats o campañas con recomendaciones.
Uber, por ejemplo, implementó una campaña para promover diversas medidas que deben tomar los propios usuarios para cuidar su integridad. Ahora, a partir de diciembre en México ofrecerá una función para grabar el audio de un viaje, con el objetivo de mejorar la seguridad tanto del conductor como del pasajero.
Además, defiende que no ha bajado sus exigencias para que los conductores puedan ser parte de sus filas y en el mismo sentido todas las aplicaciones que se dedican a lo mismo, se manejan con el mismo speech.
De forma paralela se han dado casos como el tema que se convirtió en tendencia hoy, cuando las redes sociales amanecieron concentradas en el caso de Laura Karen Espíndola Fabián, desaparecida desde ayer en la noche luego de enviar un mensaje a su madre, diciéndole que el taxista se veía sospechoso. Ya apareció.
Es por ello que el propio consumidor se ha concentrado en investigar a fondo las posibles causas y riesgos. La BBC dio con un caso que ha encendido todas las alarmas: el de Katsuko Nakamura.
Ante las recomendaciones que presuntamente evitarían ponerse en riesgo, la joven revisó que su conductor y vehículo correspondieran con los datos de la aplicación, revisó que la puerta estuviera desbloqueada y se percató de que tenía una calificación perfecta de 5 estrellas, con 4.474 viajes realizados en un año.
Todo esto era indicativo de que terminaría bien, pero no fue así. Narró al medio que:
“Una de las primeras frases que me dijo fue ‘¿Ya a descansar?’, a lo que contesté casi sin ganas que sí. Dijo: ‘¿Siempre sales tan tarde?’ y le respondió que no con firmeza. Me preguntó: ‘¿Por qué tan solita?’. Y él mismo se respondió: ‘Ya no vas a estarlo'”
De pronto el conductor tenía guantes de látex e iba en una ruta alterna, por lo que no le quedó más que aprovechar una oportunidad para lanzarse del vehículo y huir. Aunque el conductor fue detenido y lo identificó como su “agresor”, no fue acusado de algún delito. Prosiguió con su reporte en la app, pero tampoco hubo medidas.
Más allá de la gravedad de todo esto, llama la atención que las 5 estrellas con las que muchas usuarias se sienten seguras no validan que realmente no van a ser víctimas. En redes sociales exhiben un mercado negro de cuentas de Uber, Didi y Cabify con 5 estrellas.
Existen grupos en Facebook y ofertas en Twitter en las que se puede comprar una cuenta de las diversas apps de transporte privado y con ellos, presuntamente pasar con esa identidad fácilmente, sin haber realizado exámenes psicométricos que aseguren la integridad de los usuarios.
El tema impacta directamente a las marcas, pero sobre todo al consumidor, quien es el que finalmente padece las consecuencia incluso con su vida, como ocurrió con una joven que fue violada y asesinada por un conductor de Cabify: Mara Castilla.
Es un enorme reto para las aplicaciones de transporte privado garantizar al consumidor su seguridad, pero deberían estar concentrados en eso en un mercado como el mexicano, cuya necesidad primordial es esa: seguridad.