Un equipo de estudiantes de ingeniería de la ETH Zurich ha desarrollado un robot acuático revolucionario que promete cambiar la forma en que estudiamos nuestros océanos. Conocido como “Eve“, este pez robot es capaz de recolectar ADN ambiental, una herramienta poderosa para identificar y monitorear la vida marina en un área determinada.
Imagine un océano lleno de pistas invisibles. El ADN de todos los organismos marinos, desde diminutas plancton hasta grandes mamíferos, flota libremente en el agua. Eve el pez robot es como un detective submarino, recolectando este “ADN ambiental” y permitiendo a los científicos armar un rompecabezas de la biodiversidad marina.
¿Cómo funciona?
Eve nada a través del agua, filtrando grandes volúmenes de agua de mar. El ADN recolectado se analiza luego en un laboratorio, revelando una instantánea de las especies presentes en el área. Esta tecnología no solo es más eficiente que los métodos tradicionales de muestreo, sino que también permite a los científicos detectar especies raras o en peligro de extinción que pueden ser difíciles de encontrar visualmente.
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¿Por qué es importante?
- Monitoreo de la biodiversidad: Eve puede ayudar a los científicos a rastrear los cambios en la población de especies y a identificar áreas que necesitan protección.
- Detección de especies invasoras: Al analizar el ADN ambiental, los investigadores pueden detectar la presencia de especies no nativas que pueden causar daños a los ecosistemas locales.
- Estudio del cambio climático: El ADN ambiental puede proporcionar información sobre cómo el cambio climático está afectando la distribución de las especies marinas.
El futuro de la oceanografía
Con el pez robot Eve, los científicos tienen una nueva herramienta poderosa para explorar y comprender nuestros océanos. A medida que la tecnología continúa avanzando, podemos esperar ver aún más innovaciones en el campo de la robótica marina, brindándonos una visión más clara y completa de la vida debajo de las olas.
Porcentaje del océano conocido por el hombre
A pesar de que los océanos cubren más del 70 por ciento de nuestro planeta, sabemos sorprendentemente poco sobre ellos.
Se estima que menos del 5 por ciento de los océanos ha sido explorado en detalle. Esto se debe a varios factores:
- Las grandes profundidades: Las partes más profundas del océano son extremadamente difíciles de alcanzar debido a la inmensa presión y la falta de luz.
- Los costos elevados: Las expediciones oceánicas son costosas y requieren de tecnología especializada.
- La inmensidad de los océanos: Simplemente hay mucho océano por explorar.
¿Por qué es importante explorar los océanos?
- Biodiversidad: Los océanos albergan una inmensa variedad de vida, muchas de las cuales aún son desconocidas para la ciencia.
- Cambio climático: Los océanos juegan un papel crucial en la regulación del clima. Entenderlos mejor nos permitirá predecir y mitigar los efectos del cambio climático.
- Recursos naturales: Los océanos son una fuente de alimentos, energía y minerales. Explorarlos nos permitirá gestionar estos recursos de manera sostenible.
¿Cual es el punto más hondo del océano?
El punto más profundo conocido del océano se encuentra en el Abismo Challenger, ubicado en la Fosa de las Marianas, en el Océano Pacífico.
- ¿Qué tan profundo es? El Abismo Challenger alcanza una profundidad de aproximadamente 11.034 metros. ¡Es como si el Monte Everest estuviera sumergido y aún le faltara un kilómetro para tocar el fondo!
- ¿Quién ha llegado allí? Muy pocas personas han tenido la oportunidad de visitar este lugar tan remoto. El director de cine James Cameron fue uno de los primeros en realizar una inmersión en solitario.
- ¿Qué tipo de vida hay allí? Aunque las condiciones en el Abismo Challenger son extremas (alta presión, oscuridad total, temperaturas muy bajas), se han encontrado algunas formas de vida, como microorganismos y algunos animales adaptados a estas condiciones.
- ¿Por qué es importante estudiarlo? Explorar el Abismo Challenger nos ayuda a comprender mejor nuestro planeta, los procesos geológicos y la posibilidad de encontrar nuevas formas de vida.