En España “Carlos Moedas”, hombre discreto y de sonrisa amable celebró con gran barullo ante el Congreso de los Populares Europeos (EPP2015 recientemente en Madrid) que en sus manos estaba el control del mayor programa de financiación de la ciencia que haya tenido Europa: “Horizonte 2020”, que repartirá 80, MDE entre 2014 y 2020. A mi me queda la duda sobre cómo iría él a solucionar las barreras a la innovación que aún existen y/o cómo se las ingeniaría para mejorar la tasa de paro juvenil si no abren los espacios a los medios digitales que permiten el auto-empleo. “Luis Martín Cabiades” de “El Economista” en España escribió este septiembre pasado refiriéndose a la emprenduría lo siguiente: “Es un drama que muchos de nuestros mejores emprendedores se tengan que ir fuera. Sería muchísimo mejor que emprendieran aquí. Y esto es un drama para nosotros. Aunque lo importante es que vuelvan y que se den las condiciones para que puedan surgir otros. Es un drama, en el sentido de que yo he visto a mucha gente irse y que podrían emprender aquí. Por ejemplo aquí se ponen muchos obstáculos legales y se ven obligados a emprender fuera. Y en muchas casos es imposible solucionarlos.

Mucho dinero no sirve para quitar años de regulaciones, sindicatos, funcionarios enquistados y miedos al fracaso. Es importante denotar que, mientras “el pensamiento europeo es deductivo” (descartiano) mismo que propicia el análisis antes del actuar, “el pensamiento americano es intuitivo”, orientado al ensayo y error. Mientras que en Europa se propicia “el colectivismo”, en América se fomenta “el individualismo” mismo que ha hecho nacer todas estas empresas que hoy son tan atacadas por el mismo colectivismo europeo.

Silicon Valley no nace de financiamientos gubernamentales sino de la capacidad de emprender y saber fracasar para volver a emprender. Surge de no tener miedos a inventar apoyada por “Inversionistas Ángel” de capital privado (muchas veces sin escrúpulos) dispuestos a arrojar recursos de riesgo a las buenas ideas con expectativas de altas ganancias millonarias. Nace de la libertad de usar el tiempo que se requiera en el espacio de un garaje de casa o dormitorio universitario mientras que, por ejemplo, en Europa pasa lo contrario:

Francia y España, han lanzado recientemente una iniciativa de ley que suscribe que, “sí se ha acabado la jornada laboral, estará prohibido recibir y enviar correos electrónicos de trabajo”. Pareciera broma pero así consta en un acuerdo alcanzado entre dos grandes sindicatos y bendecido por la oficialidad para ‘Nivelar las reglas del juego”.

¡Que bueno que la gente pueda dejar de estar atada a la empresa para la cual labora e irse de bares!, sin embargo, cuando un gobierno tiene que regular el tiempo destinado al ocio de sus ciudadanos, algo va mal y las posibilidades de emprender fuera del mismo trabajo, desaparecen.

Concluyendo. Silicon Valley nace por generación espontánea y circunstancias acumulativas fortuitas, no por leyes de innovación sazonadas por regulaciones sindicales y apoyos gubernamentales controlados. Los gobiernos europeos deberán dejar de combatir a las startups americanas a fin de crear ambientes de libertad en sus propios países con fines de desarrollo de startups propias dejando de inmiscuirse controlando a sus Millennials abieriéndoles de paso la oportunidad de emprender. Mientras los países europeos altamente regulados no se den cuenta que no compiten contra empresas sino contra países en los cuales es posible abrir una compañía en 30 minutos y cerrarla en 15, las cosas van a seguirles igual. Parafraseando a Sor Juana:

Funcionarios necios que acusáis a las empresas de Silicon Valley sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis.