Este jueves se vota en el pleno del Parlamento Europeo una muy polémica directiva sobre los derechos de autor, el copyright y la responsabilidad de las plataformas intermediadoras que ha traído consigo incluso amenazas de tortura y muerte a numerosos eurodiputados además de acusaciones cruzadas sobre campañas organizadas para acosar, vía email, a otros tantos, según la posición que tengan.
Uno de los aspectos que más posiciones encontradas plantea es el de las empresas de prestación de servicios de las tecnologías de la información, el denominado “puerto seguro”, a través de los cuales las plataformas de contenidos cargados por usuarios y que son considerados intermediarios neutrales. Una propuesta criticada por los creadores, que señalan que dichas plataformas llamadas UUC en inglés, se lucran al ofrecer a los usuarios estos contenidos.
Explican los creadores, que la idea es que estas plataformas se hagan responsables de los contenidos publicados y, dependiendo del caso, retornen lo que corresponda a los autores de dichas obras. Esta sería una de las medidas para proteger a los creadores, según quienes apoyan el si a la aprobación de este texto propuesto por la Comisión de Asuntos Legales.
Por otro lado, se encuentran sus detractores, que van desde Wikipedia, expertos en propiedad intelectual y activistas hasta usuarios normales, quienes señalan que esta propuesta cambiará internet tal como lo conocemos. Entre otras cosas porque propone crear , como se señala desde El País: un nuevo derecho conexo para los editores de prensa, de cinco años de duración, que les permita autorizar o prohibir a los agregadores de noticias online (como Google News) que reproduzcan las publicaciones de sus medios, y cobrar por ello —artículo 11—; responsabilizar a portales como YouTube por el contenido que suben sus usuarios, obligando a la plataforma a obtener licencias de los dueños de las obras y a detener previamente cualquier material que viole el copyright —artículo 13—;reforzar a los creadores en su relación con los intermediarios como productoras, discográficas o editoriales —artículos 14, 15 y 16—.”
Según sus defensores, estas propuestas afectarían solo a aquellas plataformas que agreguen artículos y a las que los utilicen de forma comercial. Por lo que los editores tendrían la oportunidad de obtener una retribución por el material utilizado, aunque para muchos esto podría implicar incluso el nombrar un titular de una noticia publicada en medio. A lo que se suma el que los medios también obtienen trafico que les beneficia a través de los agregadores, por lo que actualmente se benefician ambas partes, aunque no esté relacionado con el derecho de autor.
Así mismo, según el artículo 13, portales como YouTube, que se lucran del contenido subido por los usuarios serían los que deben conseguir licencias para evitar publicar material protegidos por el copyright. Lo que significa –según sus detractores- que existirá un filtro a priori que pocos podrán pagar (el software) además de las consecuencias de usar un algoritimo para determinar que tipo de material es el que se podrá finalmente publicar y ser visto por los usuarios.
Para muchos se trata de no permitir a las grandes empresas, obtener beneficios con las creaciones de los usuarios y creadores, sin que estos reciban una justa compensación, mientras que para el bando contrario, lo que terminará sufriendo con esta nueva directiva, de ser aprobada, será la libertad de los usuarios en internet.
Lo que si se mantiene como un objetivo común es la necesidad de proteger más a los creadores y de reformar un reglamento que data de 2001, cuando lo digital apenas se encontraba en pañales frente a los enormes avances actuales.