Encontrarse o descubrirse. La enmarañada realidad o lo que interpretamos como tal, ha permitido que esta cohabite en paralelo e intersección con infinidad de supuestos sobre de lo que es. Un prematuro diagnóstico de los hechos va construyendo la nuestra y a través del tiempo se va cimentando un Búnker en el que solo hay espacio para lo propio.

Edgar Alan Poe dejó para sus últimas obras un texto confuso en el cual no solo abandona la ficción y el terror característico en la mayoría de sus escritos; un texto que podemos interpretar como un abrir de puertas a todos sus recintos, en las primeras páginas nos insta a calificar su texto como un poema: “Sin embargo, solo como poema deseo que sea juzgada esta obra después de mi muerte”. Para algunos fanáticos de Poe, resulta natural enfrentar el texto como un mensaje encriptado, se ha dicho sobre de la locura y la perdida de lazos con la realidad por parte de Poe, lo cierto es, que, el supuesto alcoholismo del escritor y los varios lapsos de desconexión y su afán ambulante, han edificado una atmósfera de misterio similar al de sus ficciones.

Cómo crear atmósferas idóneas para nuestros proyectos, ¿cómo hacemos para que nuestros activos intangibles correspondan a lo tangible de la organización? Cómo hizo Poe para que todo tenga su aroma y color, en este sentido, qué estamos intentando hacer con la estrategia. Un ambiente híbrido en la ejecución de las tareas, entre lo que se pretende, lo posible, y la percepción de lo creado. A diferencia de la literatura, no se cuenta con el mismo tiempo de incubación a la espera de resultados, en el caso de la escritura y su aparente inmortalidad, las organizaciones se miden con periodos tan cortos que algunos parecerían no concluirse, la búsqueda de adaptarse en tiempo real a las exigencias del mercado nos dejan sin espacio para la mínima reflexión, la prisa por anticipar a la competencia tiene poco que hacer versus las intenciones por anticiparse a los deseos del consumidor, una batalla que en nuestra opinión derrota a quienes producen la oferta.

El largo plazo pareciera la opción viable si se pretende trascender una generación, qué tal que Poe, lo único que se planteó fue escribir el poema Eureka. Solo tuvo que preparar a sus lectores con una pléyade de textos que permitieran intentar resolver la métrica y lo difuso de uno de sus últimos escritos. La tortura del mediano y largo plazo asoma como la mejor y única opción de ser.