Las redes sociales han modificado los comportamientos de los jóvenes e incluso influyen en el consumo de alcohol entre los estudiantes universitarios, así lo señaló una reciente investigación de la Universidad de Loyola Marymount, publicada en la revista Addictive Behaviors.
De acuerdo con la información, la exposición a contenidos relacionados al consumo de alcohol en las plataformas influye mucho en ese sector de la población, principalmente en quienes van iniciando la carrera universitaria, por lo que las estrategias de las marcas de bebidas alcohólicas deberían considerar esta información.
Para conocer estos resultados se realizó el estudio con una muestra de 309 estudiantes de la misma universidad, quienes debían permitir rastrear su uso de Instagram para el muestreo de las fuentes de noticias varias veces durante dos meses, así como una encuesta de referencia y dos encuestas más de seguimiento.
¿Qué encontraron? Los investigadores concluyeron que existe una correlación entre el consumo de contenidos en Instagram con el alcohol, principalmente dentro del periodo inicial (dos meses) de los estudiantes que ingresan a la universidad, quienes aumentan su consumo al finalizar el primer año.
Estos utilizaban principalmente cuentas “finsta”, la cuales fungen como cuentas tranquilas o “falsas” que se mantienen alejadas de los padres u alguna autoridad, siendo quienes tenían mayores probabilidades de consumir más alcohol.
¿Y qué hay de Snapchat?
Siguiendo la misma metodología, se realizó una investigación en la que se determinó que el simple hecho de usar Snapchat como red social aumentaba las posibilidades del consumo de alcohol en comparación con quienes no usaban la aplicación.
En este caso, fueron los estudiantes varones quienes por cada 30 minutos de uso diario de Snapchat a lo largo de los primeros meses del ciclo escolar eran equiparables a 1 bebida extra por semana al final de todo el curso.
“Las aplicaciones de redes sociales como Instagram y Snapchat son excelentes para crear percepciones de lo que es normal, y como seres humanos actuamos basándonos en lo que creemos que otros están haciendo”, dijo Joe LaBrie, profesor de psicología de LMU y autor principal de los estudios.
Malo para la salud, bueno para el marketing
Si bien este estudio demuestra que “las percepciones que generan estas aplicaciones a menudo están sesgadas, por lo que el comportamiento se basa en una visión incompleta o exagerada de lo que realmente sucede a nuestro alrededor”, así lo afirmó el propio autor.
No obstante, las empresas podrían tomar ventaja de esta situación para crear nuevo contenido con relación a los productos que más se visualizan entre este sector de la población como una alternativa para la ampliación de su mercado, siempre cuidando los mensajes que difunden y sin romper ninguna regla de las aplicaciones.
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