Los mercadólogos saben que los movimientos de funcionarios del nivel del presidente Enrique Peña Nieto están íntimamente relacionados con el marketing político, ya que se trata de un tipo de mercadotecnia que forma las estrategias más sólidas en las que los funcionarios juegan el papel de marcas y los votantes de consumidores. A continuación tres estrategias relacionadas con el Primer Mandatario mexicano.
Marketing Social
Tal como lo adelantó en su cuenta oficial de Twitter, el Primer Mandatario se reunirá con Donald Trump mañana, charla con la que busca intervenir en una situación que afecta a la sociedad mexicana, la discriminación hacia los migrantes, promovida por Donald Trump, algo que beneficiaría la imagen del Presidente.
Creo en el diálogo para promover los intereses de México en el mundo y, principalmente, para proteger a los mexicanos donde quiera que estén
— Enrique Peña Nieto (@EPN) 31 de agosto de 2016
Social Media Marketing
Peña Nieto pidió recientemente perdón por el asunto de la Casa Blanca ante sus más de cinco millones 500 mil seguidores en Twitter y más de cuatro millones 719 mil me gusta en Facebook, esto como una estrategia que juega a favor de su imagen, al utilizar específicamente la palabra “perdón”, con lo que se colocó como tendencia con más de 225 mil impresiones en redes sociales. El estudio “Edelman Trust Barometer 2016” reveló que en América Latina las entidades de gobierno y protagonistas del sector son poco confiables, ya que el 35 por ciento de la población no cree en sus acciones. Es por eso que los políticos recurren a hacer anuncios de este nivel, para enviar un mensaje al público, apostando por mayor credibilidad.
Neuromarketing
The New York Times publicó el reportaje firmado por el periodista Kevin Randall “Neuropolítica, donde las campañas tratan de leer tu mente”, en el que explicaron el proceso implementado por el Partido Revolucionario Institucional durante la contienda del 2012 por la presidencia de México. El periódico reveló que usaron herramientas para medir las ondas cerebrales de los votantes, la excitación de la piel, la frecuencia cardíaca y las expresiones faciales, que derivó en la elección del ahora presidente Enrique Peña Nieto, lo que implica el enorme alcance que tendría el neuromarketing, incluso cuando se trata de marketing político.