Los descuentos siempre son atractivos para las personas, pero de ahí a comprar un producto o servicio hay una gran diferencia.
El descuento adecuado es el que impulsará al consumidor a llevarse lo que la compañía oferta e incluso podría generar fidelidad con la marca.
Sin embargo, el descuento equivocado puede dejar a la firma ante los ojos de los clientes, como un intento de timo.
Más aún, si se oferta un descuento alto, podría representar para la empresa una sobrefinanciación, debido a que existen ocasiones en donde es complicado cuadrar los recursos financieros con las necesidades que se busca cubrir.
Existen cinco estrategias que las empresas pueden seguir para lograr el descuento ideal, que atraiga al consumidor y que no represente un peligro para las finanzas:
Por temporada. El precio se reducirá para los compradores que se llevan productos o servicios fuera de temporada; es decir, en los periodos de ventas más bajos, dependiendo de cada compañía.
Por pronto pago. Se trata de una reducción de precio para los compradores que pagan en poco tiempo. Por ejemplo, si el cobro se realizaría en un plazo no mayor a 30 días y el cliente paga en 10, el descuento puede ser del 2 por ciento.
Funcionales. También conocidos como comerciales, son los que ofertan los fabricantes a los integrantes de los canales de distribución que cumplen determinadas funciones entre las que se cuentan vender, almacenar y llevar registros.
Por cantidad. Es una reducción para los proveedores que adquieren grandes volúmenes, compensados para la compañía por los ahorros en gastos de ventas, inventario y transporte.
Bonificación. Pueden ser por participación en programas de publicidad o por cambiar un producto viejo por uno nuevo, como se hace en la industria automotriz.
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