Sin duda uno de los temas más importantes dentro del mundo del marketing es el precio. Determinar la cantidad adecuada que los consumidores deben pagar es un arte complejo. Sin embargo, esto es sólo una parte de lo que una estrategia de pricing debe considerar y Netflix lo sabe.
EN principio es necesario poner en cifras lo importante que es entregar una correcta relación entre precio y beneficio recibido.
Aunque el consumidor ahora valora muchos más aspectos para determinar su compra, el costo de cada producto o servicio se mantiene como determinante para finalizar el proceso de compra.
La importancia del precio
Un reciente estudio realizado por Epsilon y Wylei Research refirió que el 51 por ciento de los compradores asegura que la mejor oferta precio/calidad es el principal punto a considerar al momento de adquirir un producto o servicio.
Para las marcas de cualquier sector esto es un reto que implica no sólo identificar con mayor precisión sus valores agregados, sino también entender las nuevas formas de competencia que se gestan en el mercado.
Recordemos que según los hallazgos de un estudio mundial firmado por Simon-Kucher & Partners indican que el 90 por ciento de las empresas asegura que la presión sobre el precio es creciente.
La lección de Netflix
Competir por precio, por tanto, sigue siendo una norma, con lo que las marcas deben ser muchos más estratégicos al momento de ajustar sus tarifas y costos de cara al consumidor.
En este sentido, Netflix parece ser una de las marcas con una propuesta altamente sólida al respecto.
En semanas pasadas, la empresa de streaming anunció el que sería el mayor aumento de precios en toda su historia. En Estados Unidos, los costos del servicio subirán ente 13 por ciento y 18 por ciento; para otros países como el mexicano, la norma parece ser la misma.
A primera vista, este movimiento está lejos de beneficiar a la empresa si consideramos la inminente llegada de Disney+ con un precio por debajo de lo esperado y las pocas posibilidades de que los suscriptores acepten pagar un plan estándar que costará un 18 por ciento más que en 2017 y un 30 por ciento más que en 2016.
No obstante, fue la Bolsa la que dictó que la estrategia era la correcta. Tras el anuncio, las acciones de Netflix se elevaron un 7 por ciento, lo que indica que los inversores confían en que los clientes aceptarán pagar 1 o 2 dólares adicionales y seguirán siendo leales al servicio.
Los aspectos a considerar
Si bien los inversores confían en la lealtad de los clientes, también es cierto que depositan su confianza en una estrategia de princing bien definida que garantiza el pago adicional al servicio y la cual se puede resumir en los siguientes aspectos:
Justificación clara del aumento
Netflix es una de las marcas generadoras de contenido que más invierte en producciones originales. La empresa ha logrado comunicar de manera clara y con hechos que esto -de alguna manera- se traduce en un beneficio para el espectador, al mismo tiempo que todo eso tiene un costo por lo que la empresa necesita generar un retorno suficiente para poder seguir invirtiendo en la actualización de su producto.
El juego de la psicología
La empresa sabe que los incrementos en precio deben ser paulatinos, evita grandes brincos y juega con la psicología para mejorar las posibilidades de aceptación: El plan básico solo aumenta un 1 dólar, de 8 a 9 dólares, y sigue posicionado claramente por debajo del umbral psicológico de los 10 dólares. EL precio y el servicio se mantiene asequible para los suscriptores con presupuestos más ajustados.
Entender cada mercado
Una de las características de la estrategia de pricing de Netflix es que no se ajusta a políticas globales, sino que adapta los precios y ajustes a cada uno de los mercados en los que opera.
La plataforma considera las necesidades de cada grupo de consumidores, las percepciones que se pueden generar y las realidades macro que sus públicos meta viven.