En los años 60’s que la necesidad de las marcas por ganar terreno comercial los llevó a buscar las mejores estrategias para llegar a los consumidores. Lo que dio paso al marketing y las mejores estrategias para lograr sus objetivos.

Con el objetivo de posicionar una marca, el marketing busca analizar la información y aprender a manejarla de manera clara, sucinta y con marcas de gran poder, además de competir haciendo las escogencias apropiadas, esto para contribuir a una ventaja competitiva.

Desde estrategias que tengan como punto de partida de información científica, no sólo se debe confiar en la intuición.

Esta estrategia es perfecta para las marcas pequeñas y con poco tiempo pues se centran en los puntos fundamentales. Lo cual también puede ser un punto en contra, pues no te permite profundizar en las necesidades de los consumidores.

Da inicio a tu estrategia de marketing:

El objetivo de toda estrategia de marketing es ganar consumidores potenciales, sin embargo, la forma en que se desarrolla esta es lo que dará el éxito a una marca

·Plantea el crecimiento a corto plazo: Desde el principio se debe establecer los objetivos y al mismo tiempo cuestionarte “¿Cómo permaneces en el mercado?” y “¿Cómo crecer?”, esto es indispensable para ganar participación en el mercado.

Claro que para lograr esto la visión de los accionistas y su enfoque de negocios, esto será el indicador de crecimiento económico y participación de mercado que defina la empresa.

·Posicionamiento a mediano plazo: En este paso se definen los productos en la mente de los consumidores. No sólo se trata de un posicionamiento cuantitativo, también de meterse en la mente de los consumidores.

¿Cómo atrapo la atención de mis consumidores?

El transmitir una sensación de urgencia en el mensaje puede ser una estrategia eficiente para ganar clientes. Sin embargo, el no saber manejarla puede traer consecuencias a la marca a largo plazo.

Como ejemplo a esto HelpScout pone como ejemplo en su texto “10 formas de ganar más clientes”, un estudio de Howard Leventhal, en el cual se repartieron dos folletos diferentes, que aunque ambos expresan con detalle las afecciones del tétanos, no tuvieron la misma respuesta.

Mientras que el primero describe sólo los efectos el segundo incluía además información sobre dónde vacunarse. Por lo que los segundos tenían más motivos para tomar una decisión y las personas que recibieron este folleto y acudieron a vacunarse superaron hasta un 25 por ciento a los que recibieron el primer folleto.

Esto demostró que la sensación de urgencia puede ser desbloqueada en la mente de los consumidores cuando se les brinda instrucciones claras y concisas para resolver un problema.