Las marcas que invierten en publicidad cada vez más quieren mejores resultados en las estrategias que llevan a cabo y cuando en un año usan más de tres mil millones de dólares en anunciarse, las estrategias creativas se vuelven en el mejor aliado que haga rendir los costos con objetivos perseguidos.

Ejemplo de ello es la campaña “before it became a medicine” lanzada por Pfizer, con la que el laboratorio explica el proceso que conlleva la creación de un fármaco, sin hacer mención a una marca en específico que maneje la compañía.

Con una duración de un minuto, la campaña describe el proceso por el que se inventa nuevos medicamentos, desde que comienza como una idea, llega al laboratorio donde se arman estructuras de proteínas, se hacen pruebas, son aprobados para realizarse ensayos clínicos, hasta que finalmente son lanzados al mercado.

Esta no es la primera campaña en que la estrategia parece tomar decisiones creativas que impactan con su ejecución publicitaria de manera inesperada.

Lincoln alcanzó más de tres millones 55 mil vistas en YouTube con su comercial Intro, en donde el actor Matthew McConaughey sin necesidad de leer un guión y con tomas que hacen énfasis en sus expresiones como la mirada, solamente es acompañado de una voz en off en la que se oye decir “a veces tienes que regresar, para avanzar”.

Ante estos ejemplos es importante observar que la publicidad protagonizada por industrias cuya fabricación de productos se vuelve sumamente elevada en precio, buscan diseñar estrategias creativas con las que parecen sacar mayor provecho a la inversión en publicidad que realizan, donde el impacto en ventas es determinante para medir lo acertado de estas medidas, sobre todo en un mercado en que el consumo de medicinas a nivel mundial fue de mil 69 billones de dólares durante 2015, de acuerdo a dator reportados por el IMS Health (Institute for Healthcare Informatics).