El mensaje recibió respuestas, en muchos casos minimizando el miedo de aquella desconocida, en otros, los más, burlándose de aquella decisión e incluso instigándola para que saliera del país. 

De estar en nuestras posibilidades ¿a cuántos realmente nos gustaría salir de México? Buscar nuevas oportunidades de empleo, quizá mejor pagado, poder adquirir un mejor auto sin tener que trabajar de sol a sol, tener vacaciones dos veces al año y lo más importante, vivir con tranquilidad y seguridad. 

La respuesta a esta pregunta es personal, claro, pero la migración, sobre todo de México a Estados Unidos es una realidad, este fenómeno complejo es impulsado por factores económicos, demográficos y sociales.

De acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de la ONU la migración de las mujeres se origina por tres grandes causas: económicas, sociales y criminales, en México por ejemplo, la IOM estima que la pobreza, el desempleo o las expectativas de acceso a mayores beneficios en el país de destino —es decir, las causas fundamentalmente económicas— son aquellas más comunes; seguidas por las sociales, como la discriminación, la reunificación familiar en el país de destino o la dependencia económica, y criminales, tales como inseguridad, corrupción o delincuencia organizada.

Los hombres son los que históricamente han migrado a pesar de dejar en México a sus familias; sin embargo, ha incrementado la participación de mujeres en esta travesía, solamente decir que mientras que en 1970 residían en ese país cerca de 436 mil mujeres nacidas en México, en el año 2012 su magnitud alcanzó alrededor de 5.5 millones, que representaba 46 por ciento de la población mexicana residente en territorio estadounidense por lo que se estima que en la actualidad este grupo de mujeres es el de mayor tamaño dentro de las minorías estadunidenses, de acuerdo con el Consejo Nacional de Población. 

Migrar es un derecho y en algunas regiones de México esta siendo una necesidad que pone a las mujeres al margen de elegir entre permanecer y peligrar por la violencia o tener que viajar y en el camino también enfrentarse a peligros. 

Además de los factores antes mencionados, otro que no es retomado por instancias gubernamentales ni instituciones es el miedo que fue el que muy probablemente orillo a la tuitera a dejar el país o al menos publicarlo y de ese no nos salvamos. Sí, tenemos miedo, las mujeres tenemos miedo de salir de noche, de salir solas, de salir con una falda, de salir a pasear al perro en short… Eso, sin duda, nos podría hacer pensar en salir del país.