En México, miles de personas utilizan diariamente servicios de traslado como Uber y Cabify. El crecimiento de estas compañías y el número de conductores vuelve más comunes las malas experiencias.
A nivel global, el segmento de los servicios de traslados tendrá ingresos por 31 mil 893 millones de dólares, de acuerdo con estimaciones de Statista. En México será de 226 millones USD.
Los servicios como Uber y Cabify cobraron popularidad gracias al mal servicio generalizado de los taxistas, pero al incrementarse el número de vehículos de traslados vía app operando, también crece la cantidad de malas experiencias.
Los siguientes hábitos no son la norma, pero en repetidas ocasiones tanto conductores como usuarios tienen comportamientos que no son los mejores a la hora de trasladarse.
Acoso sexual
Si uno busca en las noticias, no es difícil encontrar decenas de casos en los que se acusa a conductores de estos servicios por acosar a las pasajeras. Esta actitud, que es común entre los taxistas, ha permeado y es un grave problema que debe reducirse a través de la denuncia. El problema también puede ocurrir de usuarios a mujeres conductoras.
Conducir utilizando redes sociales
Ninguna persona debe conducir al tiempo de ir leyendo y escribiendo mensajes en WhatsApp o Facebook. Lamentablemente, este mal hábito también es compartido por choferes de servicios de traslados. Está confirmado que prestar atención a mensajes en el smartphone incrementa la posibilidad de accidentes. A esto se le suma hacer llamadas telefónicas.
Ser un cafre al volante
Los conductores de servicios de traslados son elegidos tras pasar exámenes, pero en diversas ocasiones hay algunos que conducen a velocidades más altas de las permitidas, se meten entre vehículos e incluso se “pelean” con el claxon con otros en el tráfico.
Tener el automóvil sucio
Nada es más desagradable para un usuario de servicios de traslados que subirse a un auto y que este este visiblemente sucio o que tenga un mal olor, como el cigarro. Esto muchas veces es culpa de otros usuarios pero lo ideal es no tomarlo a la ligera.
Trabajar enfermo
Es sabido que los conductores de servicios de traslados no cuentan con seguridad social, porque no son considerados empleados por las compañías sino socios. Esto deriva en que no hay incapacidades y los trabajadores quieren continuar con sus rutas.
No son pocos los conductores que con resfriados o gripes avanzadas deciden salir a trabajar y esto no sólo es un riesgo de contagio para otros sino también de seguridad, porque las medicinas provocan somnolencia y afectan los reflejos.
Exigir que el cliente camine y molestarse si no quiere
En lugares como la Ciudad de México el tráfico es muy complicado, por lo que una cuadra puede representar ahorrar minutos. Esto provoca que muchos conductores llamen a los usuarios para pedirles que caminen hacia donde están (una cuadra o a la otra calle) y a veces es sensato, pero en ocasiones no es lo más conveniente para el cliente y se niega. Enojarse por esto no es tan raro entre los choferes y acuden al punto de mala gana.
Desconocer la plataforma de Uber
¿Qué pasa si la plataforma de Uber se “cae” y no se puede iniciar o completar un viaje en la app? La respuesta es que el conductor puede enviar una aclaración a la compañía para que se cobre y el trámite sí realiza. Este es un ejemplo de muchas cosas que desconocen los propios choferes en lo que se refiere al funcionamiento. Otros casos son quienes no comprenden el funcionamiento de las apps de mapas y direcciones.
Viajar con mascotas (si no es UberPET)
A muchos usuarios les gusta viajar con sus mascotas, perros o gatos, o en algunos casos es una necesidad, como llevarlos al veterinario. Esto puede provocar suciedad o rastros de pelaje en los asientos, además de que probablemente el conductor es alérgico.
En la Ciudad de México Uber tiene la opción UberPET, que es un poco más cara que UberX pero es una especia de seguro frente a lo que pueda hacer la mascota. Además, así el conductor está enterado de que viajará en su auto un perro o gato.
Ser grosero con el conductor
No son pocos los usuarios que suben de mala gana al automóvil y descargan su estrés o molestia con el tráfico con los conductores. Incluso, en algunos casos se enojan porque sigue las instrucciones de apps como Waze o Google Maps.
Los conductores ofrecen un servicio, que de inicio es mejor que el de cualquier taxi, y salvo en ocasiones muy específicas, merecen el respeto total de los viajeros.
Ensuciar el auto
Arriba se mencionó que subirse a un Uber o Cabify sucio es una mala experiencia, pero esta basura es originada por los demás usuarios. Hay que ser responsables y no dejar basura o migajas de comida en los vehículos.