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Un análisis de Fortune reveló que 219 de las 500 compañías listadas fueron fundadas por un inmigrante o por uno de sus hijos.
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Los ingresos combinados de estas empresas en 2017, de 5.5 billones de dólares.
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Desde la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, uno de los temas que prometió que daría seguimiento era el de la inmigración ilegal.
Casi 44 por ciento de las 500 empresas más grandes de Estados Unidos, de acuerdo con el listado de la revista Fortune 500, fueron fundadas por inmigrantes o por sus hijos, de acuerdo con un análisis del organismo civil New American Economy (NAE).
El análisis indicó que estas empresas emplean a 13 millones de personas en todo el mundo y obtuvieron más de 5.5 billones en ingresos combinados en 2017.
Estas compañías de Estados Unidos, fundadas por migrantes o por sus hijos, resalta el fabricante de productos digitales Apple, el minorista por internet Amazon, los almacenes Costco y Bank of America.
El análisis reveló que 219 de las compañías listadas en Fortune 500 fueron fundadas por un inmigrante o por uno de sus hijos. De esas empresas, 20 por ciento o 100 empresas fueron fundadas directamente por empresarios nacidos en el extranjero.
Los ingresos combinados de estas empresas en 2017, de 5.5 billones, es mayor al Producto Interno Bruto de Japón, de 4.9 billones de dólares anuales. Si estas compañías formaran un país, representarían la tercera economía más grande del mundo, sólo después de Estados Unidos y China.
“Esto es la inmigración en pocas palabras: significa más empresarios, más innovación y más empleos para los estadunidenses en todo el país”, afirmó John Feinblatt, presidente de New American Economy.
Feinblatt añadió que “los inmigrantes o sus hijos fundaron el 44 por ciento de las compañías Fortune 500, y para asegurar nuestro futuro económico es imperativo que sigamos atrayendo a más de los mejores y más brillantes del mundo”.
Desde la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, uno de los temas que prometió que daría seguimiento era el de la inmigración ilegal, para él uno de los asuntos de más importancia en el país en materia de seguridad nacional.
La construcción de un muro en la frontera sur, la deportación de millones de inmigrantes ilegales y el veto inmigratorio, fueron las primeras acciones que formaron parte de la era Trump en uno de las naciones destino para millones de personas en el continente.
En el último capítulo de esta trama, dentro del programa de deportación de personas, el gobierno estadounidense ordenó, bajo “una tolerancia cero”, que al menos 2 mil niños y niñas fueran separados de sus padres en la frontera sur de Estados Unidos desde abril.
Esta política incluye detener y procesar criminalmente a quienes entran de forma ilegal al país, muchos en busca de asilo. Como resultado, cientos de niños están siendo alojados en centros de detención lejos de sus padres.
Organizaciones no gubernamentales, de defensa y protección de los derechos humanos, protestaron enérgicamente por las acciones del gobierno estadounidense, trayendo como resultado la intervención del Consejo de DH de la Organización de las Naciones Unidas, la cual pidió un trato digo y respetuoso.