Cifras de eMarketer proyectan que a finales de este año serán 2 mil 320 millones de usuarios de smartphones en el mundo, lo que se incrementará hasta 2 mil 870 en el año 2020.

De estos, las principales marcas en el mercado son Apple y Samsung. Durante el segundo trimestre del año se vendieron 41 millones 26 mil iPhone, lo que generó 24 mil 856 millones de dólares, de acuerdo con cifras proporcionadas por Apple.

Esto habla de la relevancia de los productos de la compañía legado de Steve Jobs. El admirado empresario murió un día como hoy pero de 2011, por lo que las redes sociales conmemoran su partida convirtiéndolo en tendencia en redes sociales; sin embargo, en la industria de la mercadotecnia el personaje es aún más relevante por las grandes lecciones que se pueden aprender:

Adquiere conocimiento de todo lo que se puedas

Al dejar su carrera Jobs decidió tomar un curso de caligrafía en Reed College, según dijo “la mejor instrucción en caligrafía del país”. Si bien no tenía una utilidad práctica de momento, disfrutó la materia. Diez años después, cuando estaba diseñando el primer ordenador Macintosh, Jobs aseguró que “todo tuvo sentido” para él: “Todo lo diseñamos en el Mac. Fue el primer ordenador con una bella tipografía”.

Contar historias

Los lanzamientos de Apple siempre fueron enfocados en historias, en necesidades y sobre cómo Jobs logró encontrar la solución para satisfacerlas. Esto legitima el producto y ayuda a generar empatía con el consumidor, al poder verse reflejado dentro de una anécdota donde coincida la idea de satisfacer una necesidad que no sabía que existía con la ayuda de un producto totalmente novedoso.

Ama lo que haces

En la industria del Marketing es indispensable ser propositivo y creativo, Steve Jobs daba cátedra de eso incluso cuando mencionaba frases como “La única forma de hacer un gran trabajo es amar lo que haces”.

Cuida el lenguaje corporal

En un contexto actual donde se suele dar poca atención a las cosas, Steve Jobs incrementaba su voz o su mirada cada vez que quería imprimir seriedad en alguna palabra o línea. Un patrón difícil de vencer, Jobs lograba romperlo con suma facilidad, enviando estímulos que obligaban “amigablemente” a los demás a prestar atención.