El iPhone X promete ser el smartphone de la familia más avanzado en la historia de Apple, no sólo presenta un diseño limpio y elegante, también debutó grandes novedades tecnológicas el día de su lanzamiento. Pero, a medida que se acerca su salida al mercado, no dejan de surgir contratiempos.

La compañía de Cupertino parece tener la respuesta a uno, el relacionado con la nueva cámara frontal TrueDepth y la precisión de Face ID que, junto a la producción de pantallas OLED, son sus principales problemas.

De acuerdo con un reporte de Bloomberg, Apple habría decidido reducir la precisión de Face ID con el objetivo de mejorar el ritmo de producción de este componente y, a su vez, del iPhone X.

El reconocimiento facial fue la novedad más importante presentada por la compañía durante el lanzamiento de este teléfono que, se supone, encumbra una década de los iPhone en el mercado.

El problema es que el Face ID se basa en una tecnología de láser infrarrojo que proyecta múltiples puntos de luz en el rostro del usuario para crear un mapa 3D con base en el reflejo de estos puntos. Los especialistas comparan esta tecnología con la del Kinect, aunque también se asemeja a la que usa Sony en el Xperia XZ1 con el 3D Creation, que es capaz de crear modelos 3D de objetos reales con sólo la cámara del teléfono.

De acuerdo con el reporte, sucede que Apple tiene un estricto control de calidad para los componentes de sus dispositivos y, bajo estos términos, sólo un 20 por ciento de la producción de proyectores de puntos era utilizable para garantizar la precisión y seguridad de la tecnología. Entonces, los proveedores redujeron el ritmo de producción con la finalidad de alcanzar mayor porcentaje de efectividad.

Sin embargo, el tiempo no espera y la fecha de salida al mercado del iPhone X está por llegar, la preventa comienza en algunos países el 27 de octubre.

Probablemente sea la primera vez en diez años de existencia del iPhone, que Apple enfrente tantos contratiempos que realmente puedan tener un impacto negativo en ventas. No obstante, la compañía no dará por perdida la batalla moviendo las piezas que tiene disponibles para poder hacer frente al reto.

Dada esta situación, Apple habría determinado reducir los requisitos para que los proveedores puedan producir esos sensores mucho más rápidamente. Sin embargo, los analistas se preguntan si esto no afectará la eficiencia del Face ID, si bien el reporte seguirá siendo más confiable que un Touch ID, no deja de levantar suspicacia sobre si fallará -como sucedió en la presentación del iPhone X-.

Lo cierto, es que desde Cupertino están preocupados por no satisfacer la demanda del iPhone X. Desde hace días diversos reportes, como el del analista de KGI Securities, Ming-Chi Kuo, señalan que la compañía sólo podría tener un stock de 2 a 3 millones de dispositivos el día que salga al mercado, y que al cierre de este trimestre sólo podría producir entre 25 y 30 millones, algo muy distante de sus números habituales. Sólo el año pasado, durante este periodo, vendió 78 millones de teléfonos.

Tal vez buscar un dispositivo que se lograra destacar entre sus rivales, donde el Face ID es de lo poco que podría darle este plus, puede poner en aprietos a Apple, incluso más que su competencia.