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La situación de la que más se arrepienten los trabajadores es de no tomar más la iniciativa.
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52% de los encuestados dijo sentir que todavía tiene tiempo de alcanzar sus sueños.
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La oportunidad perdida más común es no perseguir la pasión personal.
Pocos sentimientos son tan terribles como el arrepentimiento. Repasamos en nuestra cabeza infinidad de situaciones del pasado, pensando cómo pudimos hacer las cosas mejor. Muchas decisiones que tomamos en nuestra vida son irrevocables, una vez emprendido el camino, ya no hay marcha atrás. De ahí esa sensación de impotencia y frustración que nos produce el arrepentimiento. Todos nos arrepentimos de algo y el ámbito laboral, siendo uno de los terrenos más complicados para tomar decisiones, se presenta como terreno fértil para ello. Un estudio realizado por Zety, expuso las situaciones más comunes que han producido arrepentimiento en el trabajo, revelando que tal vez no estamos tan solos al sentirnos de esta forma.
“¿Por qué no tomé más la iniciativa?, ¿por qué no aprendí más?, ¿por qué no tomé más riesgos?”, son algunas de las cuestiones que más atormentan a las personas respecto a alguna actividad profesional. Este tipo de pensamientos no son tan extraños, si nos ponemos a pensar, de entrada, en lo difícil que es elegir una carrera profesional. Cuando somos adolescentes, tenemos que estudiar una carrera y debemos tomar una de las decisiones más importantes: ¿a qué te quieres dedicar el resto de tu vida? Esa pregunta no sólo es demasiado compleja para alguien tan joven, sino que implica tantas cosas que muchos no logramos responderla satisfactoriamente hasta muchos años, o incluso décadas, después.
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El estudio de Zety, realizado entre 1011 trabajadores, también reveló que 42% de las personas no están felices en su trabajo, mientras que un 52% de los encuestados dijo sentir que todavía tiene tiempo de alcanzar sus sueños. Es en el encuentro de estos últimos con la realidad, donde se genera el primer conflicto. Una vez afuera, enfrentándonos al competitivo mundo real, entendemos lo que realmente implica alcanzar nuestras ambiciones. Los obstáculos comienzan a desanimarnos, aceptamos empleos que no deseamos en realidad, por la urgencia de tener algún ingreso, las frustraciones van echando raíces en nuestro interior y el fruto de ellas es el arrepentimiento.
Los riesgos y el progreso
La situación de la que más se arrepienten los trabajadores es de no tomar más la iniciativa, seguida de no aprender más, no tomar más riesgos, no mantener contactos profesionales y no haber dejado el trabajo antes. El top 10 lo completan: no negociar mejor los aumentos, no enfocar la carrera a progresar, no formar una red de contactos, no negociar un mayor salario inicial y no estudiar más. Esta visión general nos muestra varios aspectos importantes, por ejemplo, que las preocupaciones salariales son un punto clave. El pedir aumentos y un mejor salario inicial, podrían ir de la mano con el tomar más riesgos y el dejar antes un trabajo, precisamente porque no cumple con las expectativas monetarias.
Otro aspecto a señalar está en el punto de haber aprendido más, enfocar la carrera a progresar y mantener y formar contactos. El aprendizaje que obtenemos en una empresa es posiblemente una de las mayores ganancias que podemos obtener, puesto que adquirir conocimientos y experiencia nos pueden impulsar a encontrar un mejor trabajo dentro de nuestra carrera. Lo mismo ocurre con los contactos que creamos, conexiones que pueden ser clave para el progreso. Esto habla directamente de los porcentajes antes mencionados: quienes no están contentos y todavía buscan alcanzar sus sueños.
Finalmente, se puede concluir en la importancia de tomar riesgos, lo cual puede afectar todo lo antes mencionados. Arriesgarte a un aumento o arriesgarte a dejar el trabajo, por ejemplo, lo cual también tiene relación con el arrepentimiento mayor: la falta de iniciativa. El estudio también revela que más de un tercio de los encuestados hubiera deseado arriesgarse más, siendo la oportunidad perdida más común, la de no perseguir la pasión personal. No por nada el riesgo más común señalado por los encuestados fue renunciar a un trabajo, del que sólo una cuarta parte dijeron arrepentirse.