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The Influencer Marketing Factory dio con un estudio en donde enlistó qué generación compra más un producto motivado por un influencer.
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El caso se suma a otro con un tiktoker conocido como Mavis, quien fingió ser crítico de comida y demostrar un punto del influencer marketing.
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La economía del influencer ha dado paso a que los post se conviertan en una especie de moneda de pago.
Un estilista conocido como Pepe Gutiérrez dejó de patrocinar extensiones a una influencer de nombre Mona, tras darse cuenta de que la mujer ya no le retribuía en seguidores, tal como se lo advirtió su equipo de marketing.
El hecho es un interesante caso de los que midió The Influencer Marketing Factory en un estudio, donde se dio a la tarea de ver en qué porcentaje las generaciones de consumidores compraban un producto motivado por un influencer.
Las personas de 35 a 44 años sumó un 45 por ciento de disposición a comprar, siendo este segmento el que más alto responde a dichas personalidades para efectuar una compra.
“Durante una encuesta realizada entre consumidores en Estados Unidos en marzo de 2022, el 45 por ciento de los encuestados de entre 35 y 44 años dijo haber comprado un producto o servicio promocionado por un influencer virtual. Un aumento en la edad del consumidor se correlacionó con una caída en la compra de un producto o servicio promocionado por influencers con solo el 18 por ciento de los consumidores mayores de 55 años que dijeron haberlo hecho”, explicó la analista de Statista Valentina Dencheva, al presentar en exclusiva el anterior estudio a suscriptores de la plataforma.
Influencers rentables
La rentabilidad de los influencers se determina en gran parte por el ROI que entregan a las marcas, cuando se activan campañas de la mano de estas personalidades y esto lo aprendió un estilista quien dijo tener un equipo de marketing, que le alerto que solo con una colaboración con la influencer conocida como Mona bastó para que patrocinarle extensiones, que suman un valor de más de 100 mil pesos, dejara de ser rentable.
@juanitacrespo3 #monacolegas #influencers #fans #entretenimiento #polemica ♬ sonido original – Juanita Crespo
El estilista conocido como Pepe Gutiérrez dijo en una transmisión a través de redes sociales (pepegutierrezoficial, Instagram) que en la primera colaboración que hizo con Mona, obtuvo ganancias en número de seguidores, en la segunda colaboración algo de ganancias y por ello recibió la alerta del equipo de mercadotecnia con que cuenta, de que dejara de regalar extensiones a la influencer (ante una tercera colocación de cabellera que realizaría), pues ya no era redituable patrocinarle cabello a esta mujer, además de que la situación económica ya no se prestaba para regalar trabajo de marca a influencers.
“Mi equipo de marketing y mis administradores me dijeron, ‘ya Mona no te está levantando más seguidores, lo hizo la primera vez y unos cuantos la segunda’. Mi equipo de marketing llevan estadística, tienen el control de mis redes y tienen la estadística de cuanto me genera un influencer”, explicó cuando recibió una alerta de dicho equipo, que llevaba dos colaboraciones con la personalidad en que había invertido 120 mil pesos en cabello, por lo que sería muy costoso seguir colaborando con ella, además de que recibió la aclaración de dicho equipo, que la influencer no lo etiquetaba en sus publicaciones, con el argumento de que ella no sabía usar Instagram.
@maviskaoru Fingiendo ser un crítico ? #GoAmigo #critico #comida #mentirita #Broma #graciosostiktok ♬ Arbol Sin Hojas – Dread Mar I
Este interesante caso da cuenta de la economía de los influencers en que estos usan publicaciones como moneda de pago a servicios, bajo un esquema que llama tanto la atención en redes, porque se habla tanto del tema que incluso se ha prestado al engaño, como ocurrió con Mavis (@maviskaoru, TikTok), quien documentó el momento en que fingió ser influencer y con libreta en mano acudió a un restaurante en donde a cada plato que recibía realizaba todo tipo de anotaciones que mostró y solo se trataban de figuras.
Tal fue el engaño que incluso le ofrecieron platillos que no había pedido, con un ticket de consumo en donde solo le advirtieron haber sido un verdadero placer tenerlo de comensal.
Ambos casos dan cuenta de esta economía del influencer de la que hemos hablado, donde las publicaciones son un tipo de moneda de cambio y establecen un referente muy importante en la manera como se comunican marcas con consumidores, con el pretexto de la comunicación que promueven estas personalidades.
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