Buenos Aires, Argentina.- Todos los días, el repartidor de la esquina de la Catedral de Buenos Aires le hacía llegar una edición del mismo periódico al entonces arzobispo Jorge Bergoglio (ahora Francisco). El lunes, el Papa lo llamó para decirle que cancelaba el reparto y para agradecerle por los años de servicio.
La historia del diariero que le vendía el periódico La Nación al Papa es viral en la Argentina. Es que para los compatriotas del pontífice, fue muy difícil no emocionarse con la crónica sobre Daniel Del Regno, el repartidor que atendió este lunes un llamado del propio Papa, quien se contactó para cancelar el reparto del diario y para agradecerle todos los años de servicio.
Según cuenta La Nación en su edición del 19 de marzo, la conversación fue ésta: “Hola, Daniel, habla el cardenal Jorge”, dijeron por teléfono. “Dale, Mariano, no seas boludo”, contestó Del Regno, pensando que era un amigo que estaba al tanto de que el papa Francisco, cuando era arzobispo de Buenos Aires, compraba el diario ahí. “En serio, soy Jorge Bergoglio, te estoy llamando desde Roma”, agregaron del otro lado de la línea. Y Daniel Del Regno rompió en llanto. “Entré en shock, me puse a llorar, no sabía qué decirle”, contó. “Me agradeció por el tiempo en el que le acercamos el diario y me mandó un saludo para la familia”, agregó.
La historia, que La Nación publicó bajo el título “La historia del diariero que le vendía La Nación al Papa” se hizo viral en la Argentina. Según cuenta la crónica, todos los domingos, a las 5.30, el ahora Papa pasaba por el kiosco, compraba el periódico, charlaba unos 10 minutos y se tomaba el colectivo 28 para ir a Lugano (un barrio porteño) a dar mate cocido a chicos, a gente enferma.
El diario en cuestión, La Nación, es uno de los pocos que no ha bajado las ventas en los últimos años, como la mayoría de los periódicos impresos, no sólo en la Argentina, sino en el mundo.
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