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La campaña de Castro Fashion, Not a Safari Campaign, fue creada por la agencia Grey Israel, para ese país
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Este proyecto fue publicado originalmente en la página de YouTube de la marca a inicios de junio pasado
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Desde su llegada al país, la compañía se ha distinguido por sus anuncios fuera de la norma
Parece que desde hace algunos años solo hay un par de fórmulas para crear un anuncio en TV o digital. Están quienes crean un mini-skit cómico, generalmente exagerando las bondades del producto o servicio que promociona la campaña. También hay los que solo tratan de crear una historia que culmina con la oferta de la marca creando alguna conexión emocional profunda con el consumidor. Aunque no son malos ejercicios, sí tienden a volverse bastante repetitivos.
Justo por ello es notable el trabajo que hizo Castro Fashion, una marca de moda en Israel. Se trata de una de las principales marcas de fast-fashion en el país. Hace unas semanas que se lanzó su nueva línea Safari, que está inspirada en la cultura africana. Y, específicamente, en el concepto de safari. Por supuesto, la campaña de promoción de la nueva oferta de productos también se enfoca mucho en estas temáticas. Pero, la forma en la que lo hace es… distinta.
La campaña empieza con una escena casi estereotípica de una marca de moda, con una modelo sentada en un cuarto lujosamente decorado y presumiendo la ropa de esta línea. Pero entra entonces otra mujer, que reclama que hayan empezado a grabar el anuncio sin ella. A lo largo del resto del video, en una mezcla de escenas que parecen casi al azar, se le trata de convencer que no están haciendo un spot. El resultado no solo es intrigante, sino atractivo.
Rompiendo los clichés y estándares para una campaña
Hay que reconocer que Castro no es la primera marca que decide salirse del molde y crear algo realmente único para una campaña promocional. Por ejemplo, Drew Barrymore hizo un curioso proyecto de Drew-Barrymore-ception para promocionar su nuevo talk show. Para la Navidad pasada, Loewe usó una mezcla de live-action y stop-motion en un expreso intento de romper clichés. Y Cabify en su momento lanzó una sesión de meditación para sus clientes.
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Pero volviendo a la iniciativa de Castro, ¿por qué esta campaña es tan interesante? De inicio, no tendría por qué funcionar. Es muy común que empresas de perfumes o de moda tiendan a lanzar comerciales que se enfoquen en la belleza estética y no en una narrativa coherente o lógica. Como este comercial parece que es solo una colección de momentos sin un hilo que los conecte, debería entrar en esta categoría. Pero lo cierto es que hay mucho más por detrás.
La forma en la que se combinan rápidamente escenas radicalmente distintas una de la otra le da a esta campaña un atractivo notable que no tienen otros proyectos similares. Obliga a la gente a prestar atención y tratar de averiguar qué está pasando. Además, tiene un estilo aún más experimental que muchos otros anuncios “artísticos”. De esta forma logra distinguirse de sus rivales, creando una impresión duradera en el consumidor. Que es, al final, su gran meta.
Tratando de salirse de la caja
No siempre tiene buenos resultados crear una campaña distinta a lo que el resto de la industria hace. Gamble Aware le dió una gran vuelta al celebrity marketing, humillando al portero que contrataron para dar a conocer su mensaje. Mientras el mundo seguía enfocado en la pandemia, Suzuki organizó un concurso de los “mejores autos del planeta”. Y Old Spice decidió tomar un tomo más serio, poco característico de su marca, para abordar la COVID-19.
Es también todo un arte el salirse de la caja cuando se trata una campaña de publicidad. De acuerdo con Entrepreneur, es importante tratar de considerar lo que el consumidor, a un nivel más personal, desea de la marca. Disruptive Advertising señala que también se puede explotar la difusión de clichés para tratar de colgarse de ellos y tener un impacto en los consumidores. Por su lado, Target Republic dice que se tiene que tratar de hacer todo simple lo más posible.