Por Luis Miguel Martínez
Correo: [email protected]
Twitter: @lmuia
Una desventaja del mundo digitalizado es rango finito de números que se han utilizado para este proceso. De esa forma, una cámara que contiene 4 megapixeles, no puede tener más o menos “puntos de imagen”, ni puede ser modificada de forma sencilla para aumentar la resolución asociada. De la misma forma, una canción que ha sido digitalizada mediante la técnica de MPEG3 /* Motion Picture Experts Group 3 */ tiene una calidad máxima dada por el número de “dígitos” que representan el sonido. Cuando se desarrollaron las especificaciones para la interconexión de equipos en Internet se hizo un protocolo /* reglas de comunicación */ llamado IP (Internet Protocol). Al alba de los años noventa, se definió como se comunicarían los equipos a través de esta red. La dirección IP /* versión 4 o IPv4 */ es un número de 8 digitos único que sirve para identificar donde está conectado el equipo. Tal como un número telefónico.
Sinceramente, en ese entonces bastaba con los más de 4000 millones de equipos que podrían conectarse a Internet (precisamente 4.294.967.296 equipos). A precios actuales, esa cantidad de equipos a un costo de mil dólares cada uno, representa el Producto Interno Bruto de China (número 3 del mundo). ¿Haz contado cuantos equipos usan una dirección IP para conectarse a Internet?
Hoy en día, un profesionista puede utilizar hasta 6 direcciones IP, sean una computadora en el escritorio de su oficina, una computadora portátil, un libro electrónico, un smartphone, un equipo de cómputo en casa. A ese ritmo, las direcciones IP no alcanzan para toda la humanidad. De hecho, en Febrero de 2011 se comenzará a agotar el último bloque asignable de direcciones. Tal como si no hubiera más teléfonos por contratar en una ciudad. Sin una ampliación en las direcciones disponibles, la llamada Internet de las Cosas, no podrá ser implementada.
La Internet de las Cosas (IC) permitirá nuevas formas de colaboración y de comunicación entre las personas y las cosas, o entre las cosas mismas; panoramas aún desconocidos e inimaginados. El éxito de esta organización futura de las cosas, depende fuertemente de los estándares globales que permitirán una operación efectiva y suave. Con el beneficio de la capacidad de procesamiento de la información, los productos industriales tendrán capacidades estándares. Así podrán ser monitoreados remotamente o tendrán sensores que detecten cambios físicos, químicos o biológicos a su alrededor. Las posibilidades para el marketing son infinitas, finalmente podremos conocer con precisión infinita patrones de consumo y contar con correlaciones inmediatas que permitirán ajustar la producción para minimizar los inventarios. La Internet de las cosas nos permitirá comunicarnos con nuestro automóvil, refrigerador, latas de alimentos, marcapasos. Las posibilidades son infinitas.
IPv6 es una nueva versión del protocolo de Internet. Con su entrada y uso, se podrán conectar miles de millones de cosas y personas, debido a que tiene direcciones de 128 bits, se tendrá algo así como 340.282.366.920.938.463.463.374.607.431.768.211.456 de direcciones en Internet. El cambio sera paulatino, tal vez dure unos 20 años. Mientras tanto, muchos equipos ya pueden trabajar con este esquema y hay un par de redes funcionales en el mundo.
El título de esta columna está basado en la campaña “are you IPv6 ready ?” de la Number Resource Organization. Ellos llevan un reloj que estima la fecha en llegará el día X … cuando las direcciones de IPv4 se terminen.