El nuevo etiquetado se ha convertido en todo un reto para la industria del consumo en México, y a pesar de que se trata de un movimiento que supone la inversión de muchos recursos, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) no dará tregua.
Según las nuevas normas de etiquetado, será a partir del 1 de octubre de este año cuando todas las marcas deberán de sumarse a estos nuevos lineamientos, en donde sus empaques, en principio, tendrán que mostrar una serie de advertencias sobre las cantidades de azúcar, grasa y sal que poseen.
Aunque se ha mencionado que, en cumplimiento con la anterior NOM-051, los productos sin el nuevo etiquetado podrán permanecer en el mercado hasta el 30 de noviembre del año en curso, lo cierto es que hablamos de un movimiento que en primera instancia supondrá un gasto interesante para todos los involucrados en la cadena de generación de valor.
De manera puntual, se estima que acatar el cambio en el etiquetado involucraría a cerca de 800 mil productos, lo cual equivaldría a una inversión de más de 6 mil millones de pesos para la mayoría de las tiendas de la capital del país, esto aún cuando el plazo de implementación recibió una prórroga.
Las marcas se pronuncian
Con estas cifras y fechas de antesala, diversas marcas han plantado postura ante este nuevo etiquetado, en donde más de una han mencionado la necesaria reformulación de sus productos, mientras que otras tantas han buscado un escudo legal.
En un comunicado enviado a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), Coca-Cola Femsa señaló que está promoviendo un juicio de amparo en contra de la reforma a la NOM-051, misma que establece un nuevo etiquetado para los alimentos y bebidas no alcohólicas que son considerados altos en azúcar, grasas o sodio.
De manera textual, en el documento mencionado se indica que “la Compañía ha promovido un juicio de amparo en contra de esta reforma, la cual se encuentra pendiente de resolución. La compañía no puede asegurar que esta reforma no tendrá un efecto adverso en su negocio y en los resultados de sus operaciones en México”, al tempo que puntualiza que la resolución de este proceso está pendiente.
Por su parte, Lala aseguró que ante el nuevo etiquetado reformulará algunos de sus productos. “Un tercio de nuestro portafolio no se verá afectado por la nueva ley y, por otro lado, hemos estado trabajando en la formulación de nuestros productos. Estamos reduciendo el azúcar y el sodio en varios productos, sin sacrificar el perfil o las características de los productos para mantener las preferencias del consumidor”, puntualizó Arquímedes Celis, director general de Grupo Lala .
No obstante, este último camino parece no ser la solución para el grueso de las marcas. De hecho, Bimbo ha dicho que el renovado etiquetado no favorece la reformulación de los productos, lo cual pone un reto especialmente grande para las marcas.
Así lo mencionó el director general de Grupo Bimbo, Danil Servitje, quien en un foro virtual realizado por Expansión, afirmó que el nuevo etiquetado no favorecen la reformulación de productos y considera medidas más estrictas a las que ya se aplican en otros países latinoamericanos en la mencionada materia.
“Nosotros ya tenemos en algunos países latinoamericanos una situación similar a la que se va a presentar aquí con el nuevo etiquetado. A diferencia de lo que sucedió en Chile, Perú y Ecuador, las reglas que se acabaron definiendo son mucho más estrictas y no favorecen tanto la reformulación de los productos. Los efectos de este etiquetado los vamos a estar viendo a principios del año que entra”, explicó el directivo.
Las multas de la Profeco
En medio de este debate, la Profeco dio a conocer las multas a las que se harán acreedoras las empresas que no cumplan con esta primera fase de etiquetado.
De esta manera, las marcas que no sigan estos lineamientos podrían pagaran hasta 781 mil 920 pesos, previo a una inmovilización de los producto desde la bodega, de no demostrar que han adaptado sus propuestas comerciales a la nueva norma a partir del primero de diciembre del año en curso.
En entrevista con MILENIO, el titular de la Profeco, Ricardo Sheffield Padilla, indicó que “de forma general, las sanciones en cuanto a información comercial en el etiquetado oscila entre 52 mil 128 pesos y 781 mil 920 pesos. Aquellas sanciones por información comercial que implique un engaño al consumidor oscilarán de 347 mil 520 pesos a un millón 303 mil 200 pesos, de conformidad con el artículo 155 de la Ley de la Infraestructura de la Calidad, en sus fracciones II y III”.
Estas multas deberán de ser pagadas por los fabricantes e alientos y bebidas no alcohólicas consideradas en la nueva norma, mientras que en lo que respecta a los puntos de venta como supermercados y tiendas de conveniencia, por ejemplo, se procederá a inmovilizar la mercancía en sus bodegas.
Hasta el momento, la Profeco ha realizado visitas no formales ni oficiales a diversos distribuidores para verifica que ya se venden productos con el nuevo etiquetado, por lo que las marcas están obligadas a acelerar este proceso de cambio en sus empaques para evitar problemas y multas millonarias.