- Sin duda, el streaming ha marcado un antes y un después para la industria del cine, las películas hoy pueden disfrutarse desde distintos lugares y con ello llegan lecciones que aprender de su estrategia.
- Netflix y compañía han dictado una nueva forma para poder ver cintas que en ocasiones son exclusivas en la plataforma y otras que llegan al cine y luego a os catálogos de los streamers.
- Disney+, por su tamaño y capacidad para generar contenido, ha sido quien más experimentos ha hecho al respecto y en la actualidad, goza de gran reputación por su propuesta de estrenos simultáneos entre ambos canales.
El streaming llegó pisando fuete a la vida de los consumidores de contenido audiovisual, mientras que hasta hace algunos años el entretenimiento en este formato estaba segmentado en diversos canales para su disfrute, hoy las salas de cine se mudaron a los televisores inteligentes, smartphones o tablets; las series migraron de la pantalla chica a las mismas plataformas e incluso cada vez más estrenos y exclusivas pueden disfrutarse de esta modalidad. Lo anterior, no quiere decir, por supuesto, que hoy el cine como lo conocimos sea prescindible u olvidable, por el contrario, el fenómeno de transición que está viviendo esta forma de comunicación es digno de estudios y análisis profundos, que sin embargo, quedan a la espera de saber cuáles serán las últimas consecuencias de los nuevos paradigmas.
Porque no sólo el cambio en lo que el consumidor demanda derivado de un cambio en sus dinámicas impulsadas por la llegada de más opciones en streaming es el único punto a abordar en este sentido, también los profundos giros de timón que la pandemia por coronavirus deja a su paso por el globo. La gente dejó momentáneamente las salas de cine más obligadas que por voluntad para cuidar su salud y en un afán de cuidar también sus recursos económicos -aunque en menor medida- también se marchó de los servicios de televisión satelital, dejando a Netflix, Amazon Prime Video, HBO, Disney+ y un puñado más de canales que vieron su oportunidad para lanzar la propia.
De ellos quizá el caso más conocido y con más tradición entre los consumidores es Netflix, sus grandes producciones originales y un equilibrado catálogo con series, películas, documentales y otros eventos ha logrado seducir a cada vez más personas que deseosas de entretenimiento se hacen con una cuenta en su servicio, cada una de las antes enlistadas tiene lo suyo, eso es innegable, pero sólo Disney+, por la cantidad de contenido original con el que cuenta ha podido llevar a cabo experimentos para no desatender ninguno de sus canales, es en este contexto que surgen los estrenos simultáneos.
Estrenos simultáneos y las lecciones que deja para sus iguales y la industria del cine
Los estrenos simultáneos no son más que la fórmula que Disney ha encontrado de mantener números sanos en sus estrenos en cine y las producciones que lleva a su plataforma de streaming, para los dueños de Mickey Mouse no había opción: quieren un trozo del pastel que hoy disfruta en su mayoría Netflix, sin que ello signifique sacrificar lo que históricamente es la industria que más dividendos le deja en un relativo corto periodo de tiempo.
Para muestra un botón (o mejor dicho una viuda negra). Las cifras de Black Widow no sólo no dejan lugar a dudas sobre su éxito, sino que además Disney la ha elegido para certificar que su sistema de estrenar a la vez en salas y en su plataforma con una tarifa premium -la más alta en su servicio- funciona. Las dudas acerca del tema llevaban sobre la mesa desde el estreno con el que arrancó el experimento, ‘Mulan’. Pero el hecho de que haya repetido después con ‘Raya y el último dragón’, ‘Cruella’ y ahora la última producción Marvel ya indicaban que los resultados estaban siendo positivos.
Ahora tenemos la cifra: 80 millones de dólares de recaudación en cines en Estados Unidos y Canadá, 78 millones en taquilla internacional y por encima de todo, y aquí está la novedad con respecto a los datos que teníamos anteriormente, 60 millones de dólares a través de acceso premium de Disney+, casi igualando la taquilla en cines. Esta cantidad, además, hay que entenderla de forma peculiar: el cien por cien de esos 60 millones van directos al bolsillo de Disney, mientras que en cines el beneficio neto está en torno al 70 y el 80 por ciento de lo que se recauda.
¿El resultado? Todo salta ala vista, la consecuencia inmediata está clara: muy posiblemente, veremos más películas de Disney distribuidas bajo esta rentable fórmula, y casi con total seguridad, la cosa seguirá así aún cuando la exhibición en salas haya vuelto a la total normalidad y la pandemia sea cosa del pasado.
Además, otro punto importante se suma para hacer de este movimiento más atractivo: todas las plataformas tienen la facilidad de llevarlo a cabo, aunque uno de ellos tiene las puertas casi cerradas y se trata de nada menos que el principal contrincante a derrotar: Netflix, quien al margen de la mayoría de las salas de cine ha explorado incluso lanzar las propias en los diversos merados, un movimiento inteligente y funcional, probablemente, pero que de momento, no se ha cristalizado y puede que falte un valioso tiempo que el resto como Disney+ no está dispuesto a dejar pasar.
Ahora lee: