Kellogg, Coca-Cola, Procter & Gamble, Dell, y Sony son algunas de las marcas que se comprometieron recortar sus emisiones de carbono hasta llegar a la meta establecida por los especialistas, en el marco de la Cumbre de Paris.
Según reportó la agencia Reuters, este acuerdo tiene el propósito de romper con la serie de promesas vagas por parte de grandes corporativos de unirse a la lucha contra el cambio climático.
El grupo de las Naciones Unidas Global Compact, una asociación de organizaciones no gubernamentales que incluye a la estadounidense World Resources Institute (WRI), han tratado de persuadir a las compañías para establecer metas de emisión de gases contaminantes desde la firma del Protocolo de Kyoto en 1997.
El WRI y sus organizaciones asociadas han señalado que más de 100 compañías se comprometieron a establecer objetivos, basados en los estándares de la ONU, como una contribución significativa para disminuir el calentamiento de la tierra que ya ha alcanzado más de 2 grados centígrados, y que representa una amenaza de proporciones catastróficas para el planeta.
El grupo de corporaciones que incluye a Coca-Cola, Dell, Enell, General Mills, Kellogg, NRG Energy, Procter & Gamble, Sony y Thalys, ya han establecido objetivos que equivalen a disminuir el equivalente a 2 mil millones de barriles de petróleo que no serán quemados.
Kellogg se comprometió a una reducción de 15 por ciento en sus emisiones por tonelada de alimentos producidos para el año 2020. “Es un asunto fundamental de negocios en términos de si podemos o no tener acceso a los alimentos a lo largo del tiempo”, dijo Diana Holdorf, jefa de sustentabilidad en Kellogg. “La seguridad del suministro es crítica para nuestro negocio”.
De acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial, el metano es el gas de invernadero que ha tenido un mayor incremento en la atmósfera, del 254 por ciento, entre 1750 y 2014. El metano se produce como resultado de la putrefacción de la materia orgánica y es el principal componente del gas natural que utilizamos a diario como combustible. Otros gases de invernadero que han aumentado significativamente en ese periodo son el dióxido de carbono, con un 143 por ciento y el óxido nitroso un 121 por ciento.