Este ranking elaborado por PwC Global, está encabezado por Apple, elegida como la marca más relevante del mundo en este listado formado por otras 23 organizaciones, entre las que se encuentran Disney y Toyota, después de evaluar 18 atributos, a las 100 mayores empresas del mundo en valor de mercado.
Para elegirlas, los atributos fueron separados en dos categorías: la finalidad de las marcas y la experiencia que entregan y después de analizar los resultados, la empresa de consultoría de marcas FutureBrand, redactó este reporte en el se muestra que, entre 2014 y 2016, las marcas del futuro aumentaron un 21 por ciento en su valor de mercado, lo que representa el triple que el promedio de las empresas del ranking, que se ubica en el 7 por ciento.
Según Daniel Alencar, director de estrategia de FutureBrand São Paulo: “Es importante hablar sobre el valor de mercado, porque eso muestra la salud económica de la empresa en la actualidad. Pero también es importante que miremos hacia la fuerza de la marca, porque ello nos indicará el potencial de futuro de las organizaciones. Tanto es así que las marcas evaluadas como future brands crecen más que las demás empresas”.
Así mismo, entre las personas encuestadas, un 64 por ciento aseguró que le gustaría trabajar en una marca del futuro. “Por su parte, el 77 % afirmó que compraría productos o servicios de esas empresas. Otro índice importante señala que el 69 % de las personas considera natural que esas marcas mantengan un precio premium.”
El ranking
Según el FutureBrand Index 2016, este es el Top Ten de las empresas del futuro:
- Apple
- Microsoft
- Samsung
- The Disney Company
- Abbvie
- Toyota
- Amazon
- Celgene
- Gilead
“Una novedad de esta edición es que, a pesar de que las marcas de tecnología se aseguran buenas colocaciones, el aumento de la percepción positiva más notable está en las marcas que se adhirieron a la tecnología para hacer crecer su experiencia y mejorar la vida de sus clientes.”
Según se señala en el reporte, este estudio mostraría que el valor de mercado de una empresa no refleja necesariamente cuán preparada puede estar para los próximos años y los retos que se enfrentaran ante las innovaciones tecnológicas y las exigencias de los consumidores.