Internacional.- Durante muchos años, además del partido, un tema de conversación obligatorio después del Super Bowl eran los comerciales que se transmitieron durante este. Las marcas guardaban sus mejores anuncios para ese día para generar un gran impacto, pero ahora la emoción es cada vez menor por los intentos desesperados de ganar la atención semanas antes del juego.
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El año pasado, sólo en Estados Unidos, el Super Bowl tuvo una audiencia en televisión de 111.5 millones de personas, lo que lo convirtió en uno de los eventos más vistos de la historia y, como siempre, un increíble escaparate para las marcas anunciantes.
Antes del surgimiento de la internet, para ver los anuncios del Super Bowl había que poner atención a la transmisión. Incluso millones de personas estaban más interesadas por ver los comerciales que el juego que define al campeón de la NFL. Luego, YouTube se convirtió en la plataforma donde personas de todo el planeta pueden ver la publicidad que antes era exclusiva para el mercado estadounidense.
En este 2015, algunas marcas que pagarán más de 4.5 millones de dólares por cada spot de 30 segundos durante el partido parecen querer sacar el máximo jugo a su inversión y se adelantaron a mostrar sus anuncios o avances de estos. Tal es el caso de Carl’s Jr, Bud Light, Snickers, Friskies, Victoria’s Secret, Skittles, Nissan, Pepsi, entre otros.
Hoy YouTube es la plataforma en la que los publicistas quieren conectar con los consumidores desde antes del Super Bowl, pero al adelantar sus piezas publicitarias están rompiendo con una tradición relacionada con el evento: este año, cuando los televidentes o usuarios de internet vean los anuncios de las marcas mencionadas arriba el día del juego, no verán estrenos ni novedad y seguramente no serán tema de conversación como ocurría antes.
