Durante la administración del ex presidente demócrata de Estados Unidos, Barack Obama, se deportaron cada año, en promedio, 436 mil inmigrantes a México y países de Centroamérica, mientras que en el mandato del republicano, George W. Bush, quien era abiertamente anti inmigrante, las deportaciones no rebasaban las 400 mil personas por año.
Desde finales de la administración Bush y a finales de la era Obama, la población indocumentada se ha mantenido casi estática, promediando 11.3 millones de “sin documentos”, según el centro de investigación Pew Research, lo cual demuestra que ahora los centroamericanos y mexicanos evitan salir de sus países en la búsqueda del sueño americano.
Con la llegada del presidente, Donald Trump, el discurso anti inmigrante creció de forma exponencial, ya que apuntó que haría deportaciones masivas, así como señalar que los indocumentados mexicanos solo iban a su país a “violar y cometer delitos”, discurso extremo que se ha visto instalado en la psique de los estadounidenses, así como en sus industrias y demás actividades económicas, quienes se suman a la era Trump, previo a sus primeros 100 días de gobierno.
Una de ellas, fue United Airlines, quien recientemente sacó a golpes a un viajero de origen vietnamita de uno de sus vuelos sobrevendidos. Posteriormente, la aerolínea pretendió minimizar el suceso, e incluso su CEO, Oscar Munoz, quien pese a ser de origen latino, de padres puertorriqueños, pareció no entender el síntoma “anti extranjeros” al que se sumó la compañía y dejó que el escándalo creciera.
Posteriormente, el problema se salió de las manos de Oscar Munoz y de United Airlines y se convirtió en una causa que abanderaron asiáticos, latinos y ciudadanos estadounidenses, hasta que horas después, el CEO salió a ofrecer apoyo y disculpas públicas, que vinieron acompañadas de un anuncio de reembolsar todos los boletos del vuelo 3411 de United, no sin antes aclarar que “nadie sería despedido” en la compañía por el garrafal error.
El escándalo de United Airlines es un síntoma de la intolerancia que vive Estados Unidos, alimentado, en gran medida, por su presidente, Donald Trump, sobre todo aquello que es extranjero y distinto, ya que desde su discurso de campaña arremetió contra China, México, los indocumentados, periodistas, compañías automotrices, y todos aquellos que “no simpatizan con el estilo de vida americano”.
Si bien los mercados accionarios castigan las malas conductas de las empresas que cotizan en la bolsa, el caso de United se perfila como para que otras compañías cometan el mismo error, parecería que éstas sólo necesitarán de una disculpa exprés, no obstante, tienen “luz verde” para abanderar la ideología del gobierno en turno.
Visitar Estados Unidos en la era Trump
La fuerte política migratoria tras la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, desgastó aún más las visitas de turistas extranjeros que aprovechaban su visita para comprar en ese país.
Marcas de lujo como Tiffany & Co. ya habían dado delicadas muestras de ello, en los diversos reportes trimestrales lanzados por la compañía, en donde advirtió del desánimo de turistas extranjeros por un dólar caro, lo que afectó en las ventas de sus tiendas dentro de Estados Unidos.
A la lista de razones para dejar de visitar Estados Unidos entre las que figuraban el dólar y su fortaleza ante monedas emergentes como el peso mexicano o el yuan chino, comenzaron a surgir incidentes relatados por la prensa nacional, de mexicanos que perdían la visa en su intento por cruzar a ese país, para realizar compras.
Entre estas historias, Televisa trascendió el incidente ocurrido a Justo Rafael Burguete, un hombre al que le retiraron su visa en el cruce fronterizo de Otay, Tijuana, a pesar de que argumentó y demostró que se dirigía a realizar compras a California.
El escenario donde turistas perdieron sus visas por intentar ingresar a Estados Unidos tras las nuevas medidas migratorias de Trump y un desánimo de ir a la nación norteamericana por parte de visitantes extranjeros, ante la debilidad de sus monedas frente al dólar y la crisis de marca como la protagonizada por United Airlines, ensordecieron aún más el turismo estadounidense, que ya arrastraba números rojos.
Basta con ver las cifras que la plataforma Kayak publicó en febrero pasado, donde descubrió un descenso de 58 por ciento en las búsquedas de vuelos a las ciudades de Tampa y Orlando, así como de 32 por ciento a la ciudad de Los Ángeles saliendo desde el Reino Unido.
La firma también descubrió un segundo dato revelador, al demostrar que las tarifas hoteleras se contrajeron en 39 por ciento dentro de la ciudad de Las Vegas y 32 por ciento en la ciudad de Nueva York.
Por si fuera poco, la Global Business Travel Association (GBTA) reveló que la industria de viajes estadounidense ha tenido pérdidas por 185 millones de dólares desde la entrada de Trump a la Casa Blanca.
Flight app Hopper, una app que busca precios de vuelos, reveló que desde el primer día de la presidencia de Trump, la búsqueda de vuelos hacia Estados Unidos se redujo en un 10 por ciento, comparado con las últimas semanas de gobierno de Barack Obama y en un 15 por ciento en comparación con el mismo periodo, pero de 2016.
El turismo en Estados Unidos podría reducirse. Trading Economics proyectó que de 12 países del continente americano, seis de ellos disminuyeron sus visitas al país, entre ellos México, Canadá, Jamaica y Cuba.
Dentro de Europa, países como Reino Unido, Suiza, Grecia e Irlanda destacaron entre las naciones que perdieron su interés de sus visitas al país.
El retail es parte del fenómeno
En este momento Estados Unidos vive cambios importantes en el retail que tendrán un gran impacto en el turismo extranjero.
Meses atrás, la firma S&P Global Ratings bajó la calificación de cuatro retailers: Macy’s, Neiman Marcus, Charlotte Russe y Evergreen AcqCo1. De acuerdo con un reporte de The Street, Moody’s anunció que el 14 por ciento del portafolio del retail está en riesgo por problemas graves.
J.C. Penney anunció que cerrará entre 130 y 140 tiendas en Estados Unidos, esto representa más del 10 por ciento del total de sus establecimientos. Sears cerrará 42 tiendas. K-Mart dijo que cerrará 108 (también propiedad de Sears). Cien de las 675 tiendas Macy’s dejarán de funcionar. Aéropostale cerró 113 y la lista parece no tener fin.
¿Qué pasa cuando cierran ese tipo de negocios? Además del despido de miles de trabajadores, los cierres impactan en los centros comerciales donde operaban como tiendas ancla, lo que afectará a los pequeños comerciantes de los malls estadounidenses.
¿Por qué está ocurriendo esta sacudida en el retail? Porque los consumidores están comprando en línea y cada vez menos personas salen a las tiendas a hacer sus compras.
En Estados Unidos, cada vez más consumidores están dejando de comprar en las tiendas físicas y prefieren comprar en línea, algo que ya domina Amazon y parece que sólo Walmart ha comprendido. Según Wall Street, Amazon tiene el 34 por ciento de las ventas de e-commerce en Estados Unidos, pero al ritmo de crecimiento que lleva, en 2021 será mucho mayor, debido a la popularidad de su programa de membresía Prime.
Durante 2016 y 2017, las ventas a través de internet se han convertido en una de las opciones favoritas de los consumidores. Comprar en el móvil o en la computadora y esperar a que llegue el paquete a sustituido el viaje al centro comercial.
La crisis del retail es la parte más visible dentro de los cambios en el sistema económico estadounidense que hemos mencionado.
El cierre de cientos de centros comerciales en Estados Unidos provocará desempleo y afectará directamente al turismo que acude ese país a hacer compras, especialmente mexicanos de los estados del norte de la República y la clase media de la región centro.
El impacto en la economía estadounidense cuando faltan los turistas de “shopping” ya se ha puesto en evidencia durante las devaluaciones de la moneda mexicana. Cientos de negocios han cerrado porque se redujeron sus ventas. Y con menos centros comerciales en los estados fronterizos habrá un mayor descenso en el número de visitantes.
Además, viajar hacia y dentro de Estados Unidos podría convertirse en algo inseguro para los turistas, luego de los casos de agresiones como la de la aerolínea United y las políticas antiinmigrantes mexicanos y de otras regiones validadas por el gobierno de Donald Trump están convirtiendo a la Unión Americana en un destino poco atractivo para el turismo.
Con lo que hemos visto hasta ahora, es posible observar que el perfil del turista que visita Estados Unidos está cambiando y las plataformas encargadas de buscar precios de vuelos lo constatan, al observar un decrecimiento en la búsqueda de vuelos hacia Estados Unidos, debido a la comunicación que logran en redes sociales, donde descubren en tiempo real crisis de marca de aerolíneas como United.
Monedas emergentes volátiles, un presidente estadounidense con medidas migratorias hostiles y un retail que ve cerrar sus puntos de venta, ante el exitoso crecimiento del comercio en línea, podrían cambiar los pronósticos que advertían un crecimiento en la contribución del turismo al Producto Interno Bruto de Estados Unidos, lo que debe de poner en alerta a marcas y destinos, pues tienen frente de si, a un consumidor que está dispuesto a realizar turismo de compras en el destino que cumpla con lo que esta nación norteamericana ha dejado de ofrecerle.