El foco del escenario geopolítico internacional viró de Corea del Norte a China, luego a México (por los preparativos de Estados Unidos en su frontera sur) y, desde esta semana, a Medio Oriente, donde la denuncia de un ataque con armas químicas a la población civil en Siria reavivó el conflicto en el sector.
El miércoles, la relación Estados Unidos-Rusia por Siria llegó a su punto máximo. Fue cuando Donald Trump le dijo al país que gobierna Vladimir Putin “que se prepare” para un bombardeo con misiles en Siria en represalia por el ataque químico de Duma.
Esto encendió las alarmas mundiales (Wall Street incluido). No era para menos: Trump, prácticamente, le estaba declarando la guerra a Rusia por Twitter.
Sin embargo, este jueves por la mañana, el republicano en la Casa Blanca parece haberle reducido el tono a sus declaraciones previas al decir que no hay fecha para la posible operación.
“Nunca dije cuándo iba a tener lugar un ataque sobre Siria. Podría ser muy pronto o no tan pronto”, dijo el mandatario en su cuenta de Twitter, su canal de comunicación más utilizado. Y agregó: “De cualquier manera, los Estados Unidos, bajo mi gobierno, ha hecho un gran trabajo para sacar al ISIS de la región. ¿Dónde están nuestros ‘Gracias, Estados Unidos’?”, finalizó.
Never said when an attack on Syria would take place. Could be very soon or not so soon at all! In any event, the United States, under my Administration, has done a great job of ridding the region of ISIS. Where is our “Thank you America?”
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 12 de abril de 2018
Algunos medios, en efecto, ven los dicho de Trump como una moderación. Otros, como El Financiero, lo analizan como una confirmación de las amenazas del jefe de la casa Blanca.
Esto se produce cuando los líderes del Reino Unido y Francia evalúan la posibilidad de una acción conjunta. Al respecto, el secretario de Defensa estadounidense, Jim Mattis, señaló: “Todavía estamos trabajando en este tema”.
Mientras tanto, en medio de la tensión, Wall Street cerró el miércoles con caídas por una posible acción militar de Estados Unidos contra Siria. Esto reavivó los temores de los inversionistas por riesgos geopolíticos y por versiones que dicen que la Reserva Federal tendría una postura más ortodoxa en la tasa de interés.