Durante el fin de semana, miles de trabajadores gubernamentales de Estados Unidos permanecieron en sus casas debido al cierre del Gobierno en el vecino país del norte, mismo que se produjo ante la falta de acuerdo entre opositores para definir el presupuesto del presente año.

El denominado “Shutdown” afectó a alrededor de 800 mil trabajadores, con un costo económico de 6 mil 500 millones de dólares, según diversos reportes de prensa, lo que significa una reducción del 0.2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) norteamericano correspondiente al primer trimestre de 2018.

Conforme avanzó el tiempo, las discrepancias entre demócratas y republicanos seguía vigente, y es que no se trata de desacuerdos económicos sino de temas políticos; siendo el tema de los “Dreamers” fundamental para que los demócratas aprueben los recursos que invertirá el Gobierno de Donald Trump.

La confrontación por este tema tiene que ver con el hecho de que la medida, adoptada por el expresidente Barack Obama, que protege a jóvenes fueron llevados desde niños por sus padres que radican en el país sin documentos; se sintieron abandonados por los demócratas.

Por lo tanto, este grupo político ha prolongado la decisión de aprobar el presupuesto hasta ahora, ya que, en noviembre de este año se celebrarán elecciones legislativas de medio término, y el voto hispano se ha vuelto fundamental para los partidos estadounidenses.

Es así como la falta de recursos fue estrategicamente alargada, ya que coincidió este momento de incertidumbre con el primer aniversario de mandato de Trump en Estados Unidos, algo que impactó directamente a su imagen, es decir, a cómo lo percibe el ciudadano norteamericano; según una encuesta publicada el viernes pasado por ABCNews y The Washington Post, el 48 por ciento de los entrevistados responsabilizó al presidente así como a los republicanos como los responsables de este momento, frente a un 28 por ciento que culpa a los demócratas, y un 18 por ciento que piensa que ambos partidos son responsables de la situación.

De tal modo que este lunes se informó que es cuestión de horas para que el Gobierno vuelva abrir, no obstante, las autoridades tendrán 17 días para encontrar una solución ante el tema de los “Dreamers” indicó a la prensa Chuck Schumer, líder demócrata en el Senado.

Por su parte, Mitch McConnell, líder de los republicanos, prometió comenzar el debate migratorio a cambio de que la oposición apruebe el paquete presupuestario. De esta forma, somos testigos de cómo se barajean las cartas políticas en Estados Unidos, por una parte la minoría logró que el tema migratorio entre en la agenda, mientras que lo económico sigue dando de qué hablar.

Será en los próximos días que veremos las consecuencias y revelaciones de estas discusiones, y cómo el marketing político seguirá siendo parte de la agenda a fin de posicionar con fuerza a las dos instituciones políticas norteamericanas de cara a las elecciones de noviembre próximo.