No hagas a los otros lo que no quieres que te hagan a ti. Ése podría ser un buen resumen de lo que está pasando por estos días con el biodiésel en los Estados Unidos. Es que en el país de Donald Trump están preocupados por lo que consideran podría ser competencia desleal, algo que ese país practica desde hace mucho tiempo.
Siendo más específicos, los productores locales de biodiesel sospechan que los envíos de ese producto desde Argentina e Indonesia están subsidiados por sus respectivos gobiernos, lo que permite que vendan a menores precios que en Estados Unidos. Esa práctica de dumping a partir del subsidio del Estado ha sido, por décadas, muy común entre los productores estadounidenses de, por ejemplo, granos o algodón.
La Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos tiene previsto tomar una decisión preliminar el 8 de mayo sobre si esas importaciones perjudican a los productores estadounidenses, dijo el Departamento de Comercio de Estados Unidos en un comunicado que publicó Reuters.
Los productores de ese producto en el país de Trump le pidieron en marzo al Gobierno que imponga aranceles antidumping a las importaciones de biodiésel procedentes de Argentina e Indonesia que, dicen, han inundado el mercado de Estados Unidos.
Desde Indonesia se defienden: “El Gobierno de Indonesia cooperará en la investigación, proporcionando argumentos y datos de apoyo y documentos para demostrar que no hubo dumping o subsidios”, dijo Oke Nurwan, director general para el comercio exterior de ese país asiático.
Desde Argentina, en tanto, la Asociación de Biodiésel (Carbio) rechazó las acusaciones de dumping y espera las inspecciones con algo de temor, ya que se trata del principal mercado argentino. De hecho, Argentina provee las dos terceras partes de todo el biodiesel que importa Estados Unidos, unos 2.300 millones de litros en 2016.
Las relaciones entre los Estados Unidos y Argentina pasan por una etapa extraña. Es que si bien Mauricio Macri ha tenido –desde siempre– un particular acercamiento hacia todo lo que ese país representa, la llegada de Trump al poder generó turbulencias (apostó fuerte por Hillary Clinton, de hecho, lo hizo públicamente antes de la elecciones).
El suceso más reciente en cuanto a comercio exterior fue el freno a la importación de limones argentinos que aplicó el magnate apenas asumió.