Atrás quedaron los días donde se erguía imponente “Libertas” , la diosa Romana, el ícono de la libertad que en el puerto de Nueva York le ha dado la bienvenida a millones de personas en los últimos 132 años.
Estados Unidos, la primera potencia mundial, hoy está sumida en un caos y una fractura interna que no se veía desde la década de los sesenta. Quizá, si comparamos el año 2020 con 1968, el panorama actual no sea tan desolador como el anterior, sin embargo, los escenarios que podrían desatarse por las elecciones presidenciales de noviembre, llevarían a la primera potencia del mundo a caer genuflexa ante una total anarquía.
Hoy, la crisis sanitaria ha generado más desempleados que durante “La Gran Depresión”, y más muertes que en las 5 guerras en las que ha participado el país de libertades desde 1953.
En las últimas 12 elecciones presidenciales, no se había presenciado un espectáculo tan vergonzoso como aquel del que fuimos testigos el pasado martes en Cleveland. Aún cuando el demócrata Joe Biden, fue más comedido que el republicano y dio argumentos importantes , la descalificación entre ambos candidatos , hizo ver a las máximas figuras políticas de ambos partidos como bravucones de barrio. Su comportamiento distó en gran medida a la conducción que demanda la investidura presidencial del país más poderoso del mundo.
Y mientras Estados Unidos parece distraído en un espectáculo decadente, vemos a Rusia tomar control de Medio Oriente y a Turquía hacerse de sus principales enemigos en Siria ,los Kurdos, que por cierto ,fueron aliados de la Unión Americana en el conflicto con ISIS y también fueron abandonados a su suerte y traicionados como no se ha visto en mucho tiempo; con lo cual Estados Unidos envía un mensaje inquietante al mundo.
Mientras la Unión Americana permanece testigo de un puesta en escena sin precedentes en su historia moderna, se cimbran los cimientos de la Unión Europea, uno de sus principales aliados y se fracturan los lazos que tanto esfuerzo costó tejer, surge la extrema derecha silente y gana espacios, tal como lo hiciera en su momento el partido Nazi, ganando dos escaños en el parlamento alemán, luego de “La Gran Depresión” de 1930. Mientras Estados Unidos sigue absorto e inmutable ante sus televisores viendo un reality como “The Apprentice”, los Uigures son ingresados a campos de concentración en Xinjiang, China; este último, el Dragón despiadado de Oriente, desplaza a su contraparte de Occidente tal como lo sugiere Graham Allison, autor del libro “Destinados a la Guerra” y especialista en Ciencias Políticas de Harvard.
El discurso incendiario del presidente Donald Trump, ha abonado a la creciente irascibilidad de grupos de afrodescendientes que continúan manifestándose en contra del racismo sistémico, su retórica ha sido el combustible perfecto para el incremento sustancial de crímenes de odio y su más reciente aseveración sobre la posibilidad de un fraude electoral, ha despertado las entrañas de su base más acérrima: extremistas de derecha que probablemente piensen salir a defender el voto con armas, como lo ha manifestado Steward Rothes ,fundador en 2009 de “Oath Keepers” ,un grupo defensor del presidente Trump, que en los últimos años ha reclutado a miles de policías, militares y veteranos. Rothes habla de “Guerra Civil” y ha hecho un llamado a sus seguidores a proteger el país de lo que él llama “Insurrección”. En agosto de este año, cuando un adolescente fue imputado por delito de homicidio culposo en primer grado, por asesinar a dos personas durante protestas en contra de abuso policial en Kenosha, Wisconsin; Rhodes se refirió al joven como : -“ un Héroe, un Patriota” ; y cuando un defensor de Trump fue asesinado esa misma semana en Oregon, declaró que ya no había retorno :-“la guerra civil ya está aquí , justo ahora”.
Lo anterior es francamente preocupante. El Pentágono, el Departamento de Estado y el FBI dieron a conocer que se preparan para un eventual escenario de disturbios generalizados en todo el pais; y fuentes cercanas a las Fuerzas Armadas, revelaron que altos oficiales podrían renunciar, en caso de que Trump ordenara a elementos reprimir a manifestantes.
El panorama se agrava luego de que se diera a conocer que el primer mandatario estadounidense dio positivo a la prueba de Covid 19 y fuera ingresado a un hospital militar el pasado viernes. El escenario de una eventual vacante en las elecciones presidenciales por incapacidad, llevaría necesariamente a los 168 miembros del Comité Nacional Republicano a elegir a un nuevo candidato.
El proceso electoral ya inició, y hay cientos de miles de papeletas que ya fueron enviadas por correo. Si el CNR eligiese un reemplazo para Trump en estas elecciones, los miembros del Colegio Electoral votarían el 14 de diciembre, destinando los votos de Trump al nuevo candidato republicano.
El proceso es el que se debe seguir, sin embargo, algunos votantes podrían esgrimir que ejercieron su derecho a favor de Trump y no lo hicieron por su reemplazo. Lo que desataría disputas legales interminables que tendrían que ser dirimidas en una Suprema Corte de Justicia, que hoy, permanece con una vacante por el fallecimiento de la magistrada progresista, Ruth Bader Ginsburg.
Los esfuerzos republicanos por tomar el Poder Judicial son casi infranqueables, es inminente que en unos días el Supremo incline su balanza hacia los conservadores, con la ratificación en el Senado de la magistrada propuesta por el presidente: Amy Coney Barret.
Los cargos de la Suprema Corte son vitalicios, por ende, la elección de la magistrada Barret, sería un punto de inflexión en la historia de Estados Unidos y marcaría una tendencia conservadora del poder Judicial de ese país , durante los años por venir, teniendo un impacto considerable y quizá, significando un retroceso de años en leyes que favorecen a las minorías.
Lo que podría ocurrir luego del 3 de noviembre, es la materialización de una tormenta perfecta donde se conjugan: una pandemia sin precedente, (al menos en los últimos 100 años), una crisis económica de escala épica, descontento y fractura social que nos remonta a 1968, el nacimiento de grupos irregulares y paramilitares, el debilitamiento institucional, una política exterior desafortunada que ha dejado a la Unión Americana casi sin Aliados, un nacionalismo recalcitrante y el tránsito hacia una dictadura de derecha que sin duda marcará un antes y un después en la historia de los Estados Unidos de America; una “Tormenta Perfecta” que dejaría al mundo acéfalo, sin rumbo, vulnerable y a merced de las potencias de Oriente.
Decía Thomas Jefferson :-“ El precio de la Libertad es la eterna vigilancia”.