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Aunque una marca necesita ventas de sus playeras, prefiere no tenerlas a que las compre cierto target dañino para su reputación.
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La reputación de marca impacta en los recursos tangibles e intangibles de una marca.
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Fred Perry da a muestra de que vender a cualquiera no es una buena opción.
Una marca invierte enormes recursos en determinar a quién vender y cómo llegar de la mejor manera para que compren los productos. Conseguir ventas es complicado sobre todo en este momento donde el consumidor está cuidando su presupuesto más que nunca. El 64 por ciento prioriza su planificación financiera en estos momentos, de acuerdo con Kantar.
Las compañías buscan por todos los medios posibles encontrar la mejor vía para recuperar sus ganancias ante el golpe financiero que les dejó la contingencia, vender es el objetivo final, pero ¿a cualquier costo? La respuesta es no y el fabricante de ropa Fred Perry da a muestra de que vender a cualquiera no es una buena opción.
La reputación de marca impacta en los recursos tangibles e intangibles de una marca y la firma británica ejemplo no quiere afectar la suya vendiendo sus playeras al grupo de extrema derecha Proud Boys. De hecho, retiró una camiseta polo del mercado después de que se asociara con ese segmento.
Sus altas ventas de las playeras no fueron un motivo suficiente para invertir en ese target, por el contrario, la marca tuvo que dejar de vender sus playeras por ser favoritas del pésimo público. Fred Perry dijo en un comunicado que dejó de vender una de sus emblemáticas camisetas negras y amarillas en Estados Unidos porque se había vuelto popular entre los miembros del grupo que no van los valores del fundador.
Dejó de vender las playeras y fue enfática
“No, no apoyamos los ideales o los (Proud Boys). Va en contra de nuestras creencias y de las personas con las que trabajamos”, explicó la firma.
La marca recalcó que Fred Perry, un ex ganador de Wimbledon, era hijo de un socialista de clase trabajadora (miembro del parlamento) que se convirtió en campeón mundial de tenis en un momento en que el tenis era un deporte elitista. Comenzó un negocio con un empresario judío de Europa del Este, pero sus orígenes son humildes.
“Para ser absolutamente claro, si ve algún material o producto de Proud Boys con nuestra Corona de Laurel o cualquier artículo relacionado con Negro / Amarillo / Amarillo, no tienen absolutamente nada que ver con nosotros y estamos trabajando con nuestros abogados para perseguir cualquier uso ilegal. de nuestra marca “, dijo la empresa.
Por todo esto, a partir de septiembre de 2020, no la venderán en Estados Unidos ni en Canadá hasta que la compañía esté segura de que su asociación con los Proud Boys haya terminado.
Fred Perry does not support and is in no way affiliated with the Proud Boys. Read our statement here.
— Fred Perry (@fredperry) September 25, 2020
Las compañías saben que la discriminación es el peor de los malos aspectos con los que se puede relacionar en la actualidad, le puede costar la firma, por ello previenen este tipo de casos. Recordemos que recientemente Target, relacionada con asociaciones en contra de los afrodescendientes, sufrió las consecuencias al ser atacada en sus puntos de venta físicos por no deslindarse a tiempo de dicho tema.
Incluso marcas como Aunt Jemima o Uncle Ben’s padecieron ante los ojos del consumidor, la primera desapareció por ser un estereotipo racista y el segundo tuvo que modificar su logo, por presentar a un hombre mayor negro sonriendo. Las firmas son ejemplo para todas las demás de lo que no se debe hacer en pleno 2020.
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