A pocas horas de la iniciarse la jornada electoral en Estados Unidos, puede que muchos se pregunten porque un evento de esta envergadura se hace un martes, especialmente porque si se trata de hacer marketing político con intención de lograr una mayor participación (la abstención suele rondar un 40 por ciento), este día laboral de la semana, no ayuda.
No es inusual que se conserven costumbres y leyes que en su momento se establecieron con cierta lógica (o según las creencias de la época), pero con el paso del tiempo, muchas de ellas dejan de tener sentido, como parece ser el caso de que las elecciones presidenciales en la que se considera la democracia más poderosa del mundo, se lleven a cabo el primer martes (laboral) de noviembre cada cuatro años.
La razón…
Esta tradición, se remonta a 1845. Estados unidos era básicamente un país agrícola, donde votaban solo los hombres blancos y lo hacían en las ciudades, a las que se debían desplazar en carreta o a caballo. Hasta ese momento, las votaciones se realizaban por estados, pero en jornadas diferentes, por lo que el Congreso dictó una ley para establecer un único día para la realización del proceso.
Tomando en cuenta las características anteriores, para decidir la fecha, se descartaron los meses de primavera y verano, porque eran épocas donde el trabajo en el campo era mayor, y en el caso de los de invierno, porque el clima podía impedir el traslado. En cuanto a los días, hacerlo los domingos no era una opción porque la población católica asistía a la iglesia, mientras que el sábado lo hacia los votantes judíos, los miércoles eran día de mercado, así que tampoco fueron tomados en cuenta, y el lunes tampoco se consideró porque debían trasladarse desde el domingo, en muchos casos, por lo que la asistencia a la iglesia se vería afectada.
Pero además, los legisladores del momento establecieron como formula, que fuese “el primer martes después del primer lunes” de noviembre, y esto porque el 1 de noviembre, al ser Día de Todos los Santos para los católicos, podía caer un martes, (como ha sucedido este año); pero además, en aquella época muchos comerciantes, granjeros y hombres de negocios, utilizaban el primer día hábil del mes siguiente para cerrar las cuentas del mes anterior, por lo que era un día importante de trabajo.
De esta forma, quedó establecido el día y mes, durante el cual se ha votado hasta el momento en Estados Unidos, para elegir presidente, sin embargo, como reclaman numerosas organizaciones y políticos, si se desea cambiar el promedio de votación, cuya media, según el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA) es del 47,7 por ciento desde 1945, esto debe cambiar.
Promocionar la participación política en un día laboral, en una sociedad en la que se rinde culto al trabajo (y se depende de el para sobrevivir), no es una tarea fácil para el marketing político, aunque las razones sean también de gran importancia.