Con la publicidad convencional disminuyendo, las marcas ahora están optando por el formato publicitario de redes sociales, pues para 2020 esta industria valdrá 10 mil millones de dólares, y será Instagram “la reina” de ese marketing digital, ya que diariamente es consultada por más de 400 millones de usuarios, según MediaKix.
Sara Melotti, una influencer solía presumir en su cuenta de Instagram sus viajes y fotos paradisiacas alrededor del mundo, por el “puro deseo de viajar”, sin embargo, ella confesó más adelante que todo se trató de “un truco”.
De acuerdo con Melotti, “infló números” para ganar seguidores. Cuando presentó “su trabajo” fotográfico a las cuentas colectivas, se indignó cuando le pidieron que pagara miles de dólares por sus propias fotos, entonces cuando notó que disminuían sus seguidores, crearon “pods de comentarios” de 10 a 15 miembros para inflar los comentarios o “me gusta”.
Asimismo, los miembros lanzaban alertas personalizadas en grupos privados de chat, para posteriormente todos los integrantes de esa charla dieran “like” a la foto de la influyente.
Posteriormente, crearon redes de usuarios que volvían virales las fotografías en un lapso de 30 a 45 minutos, mientras que los pods tenían las listas de cuentas, tiempos de publicación definidos, lo cual calificaron como “Instagram mafia”.
Según Melotti, un día se hartó y decidió publicar un post en su blog donde denunció las tácticas de algunos falsos “influencers” para construir audiencia. En un intento por pedir “soluciones éticas” a Instagram, encontró el apoyo unánime y viral, mientras que el enojo de otros por exponer sus estrategias.
Aunque no reveló los montos de ganancias por inflar usuarios, Melotti aseguró que esa clase estrategias no permite que el trabajo de verdaderos fotógrafos sobresalga.