-
Amazon, hace unos meses, se comprometió a hacer su negocio más sustentable en cuestión de emisiones de carbono
-
En este sentido, dijo que compensaría todas sus operaciones para 2030, mucho antes que lo marcado por la ONU
-
También su líder, Jeff Bezos, creó un fondo de 10 mil millones de dólares de su riqueza para luchar contra el cambio climático
La lucha por el medio ambiente, dentro del entorno empresarial, ha tomado varias caras. Por ejemplo, Pandora se comprometió a tener un proceso de manufactura sustentable, reduciendo sus emisiones de carbono y apostando por energía renovable. KFC quiere que los usuarios ya no usen tantas servilletas, y mejor se limpien con tickets de compra y publicidad. Otras marcas al estilo de Starbucks están empezando a renovar su cúpula directiva para afrontar estos retos.
Algunos agentes defienden que un negocio sustentable no solo es positivo para el ambiente. En datos de GPA Consulting, se pueden reducir costos e incrementar la productividad de la marca. Según Small Business Bonfire, también es una forma eficaz de atraer inversiones y los fondos de desarrollo que ofrecen algunas organizaciones y gobiernos. Por su lado, Sustainable Business Matters asegura que es también una forma de no quedarse atrás de la competencia.
Sin embargo, es difícil negar que tener un negocio sustentable es una inversión a largo plazo muy costosa. Tal vez la empresa podrá operar mejor en el futuro, pero en el presente requiere realizar una multitud de gastos que tal vez muchas empresas no quieran afrontar. Y hay casos en los que, no importa qué tanto dinero se ponga en alternativas amigables al ecosistema, no se puede seguir adelante sin afectar el negocio. Uno de los mejores ejemplos está en Amazon.
La opción de entrega sustentable que nunca fue
Por años, la gigante retail de Jeff Bezos se ha dedicado a una sola cosa: hacer más eficiente y rápida la entrega de sus productos. En todo el mundo ofrece a la gran mayoría de sus clientes llevar sus compras en menos de 24 horas. Cuando no es posible, tiene sistemas para acelerar el proceso de envío lo más posible. Y en Estados Unidos (EEUU), incluso quiere dar a la gente sus productos en cuestión de unas cuantas horas, ya no solo un día, en datos de The Verge.
Notas relacionadas
- La alianza entre Google y AT&T que pondrá en jaque a Amazon y Huawei
- Alerta en Amazon: un empleado ha dado positivo a coronavirus en su oficina de Seattle
- Llegó el rival de Amazon Prime: Muy pronto, la gente podrá presumir su membresía Walmart+
Sin embargo, Bloomberg apunta que, en algún momento, se planeó tener un esquema de entrega sustentable. Varios ejecutivos de Amazon llegaron a apuntar que, para enviar cuanto antes los productos a los clientes, muchas veces camiones y repartidores debían salir sin estar a máxima capacidad. Lo anterior significa que hay unidades recorriendo las calles muy rápido, contaminando el ambiente de un lado a otro, cuando apenas cargaban un par de cajas.
Así pues, se propuso crear un esquema más sustentable. Una opción de entrega verde, que los usuarios pudieran seleccionar, para esperar más por sus paquetes a cambio de tener un impacto más positivo en el ambiente. Sin embargo, la iniciativa jamás llegó implementarse por temores de Amazon. Y es que, razonaron, la gente podría empezar a sentirse menos dispuesta a consumir productos con frecuencia si se les decía que sus envíos causan un daño al planeta.
Una responsabilidad compartida
No se trata de la primera iniciativa sustentable que requiere el apoyo de los consumidores. Por ejemplo, Industria Mexicana de Coca-Cola lanzó hace unos meses una agresiva campaña de reciclaje. El objetivo de ésta era lograr que se recuperaran el 100 por ciento de las botellas que la marca produce en el territorio. Sin embargo, la compañía reconoció que no iba a ser capaz de hacerlo por sí sola. Por ello, le pidió a todos sus clientes unirse a su iniciativa ecológica.
Lo cierto es que el caso de Amazon deja una gran lección. Es claro que su negocio no es del todo sustentable y tiene la responsabilidad de reducir su impacto en el ambiente. Pero también los consumidores deben estar conscientes de lo que sus exigencias le requieren a las marcas. Es irreal tener todo de forma inmediata y exactamente como se desea sin pagar un precio. La pregunta es si el público está dispuesto a asumir su rol cómplice en la destrucción del mundo.