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China lleva 25 años limitando el acceso de películas extranjeras a su país, esto sucedió tras el estreno de una película de Martin Scorsese en Disney.
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La censura es un tema que ha impactado directamente en las cintas extranjeras para llegar al mercado chino.
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La representación china en Hollywood no ha sido bien vista por el país asiático en gran parte de las ocasiones.
Con el estreno de películas taquilleras y blockbusters, no es sorpresa que el mercado chino ha sido uno de los más tomados en cuenta por las productoras. Contando con más de 1,421 millones de habitantes, según datos de Statista, el público en China representa para Hollywood, desde hace ya bastante tiempo, un mercado de posibilidades tan grande como ningún otro.
Por ello, muchas productoras han optado por presentar una representación fuerte en la pantalla grande de la cultura china. Basta con mirar a Disney, quien de la mano de Marvel Studios estrenó el año pasado Shang Chi y la leyenda de los diez anillos. Pese a contar con un elenco bastante acorde con la película, teniendo entre sus filas al actor consolidado en el cine de su país, Tony Leung, lo cierto es que ni así la película se salvó de ser vetada en las salas de cine de China.
Aunque las razones sobre el veto podrían ser miles, empezando por la temática, lo cierto es que muchas otras películas han tenido historias parecidas, siendo uno de los casos más sonados en los últimos días el de El club de la pelea, película dirigida por David Fincher estrenada originalmente en 1999. Sobre esto, las autoridades de China decidieron cambiar el final que todos conocemos en donde el plan de destrucción masiva se efectúa, cambiándolo por una cita en donde Tyler lograba advertirle a la policía del suceso y era enviado a un hospital psiquiátrico.
China ha limitado la entrada de Hollywood a su mercado
Desde hace 25 años, pocas son las películas de Hollywood que han logrado colarse entre los 34 estrenos que China permite cada año. La historia se remonta al estreno de la película Kundun de Martin Scorsese en 1997, la cual abordaba la vida de Tenzin Gyatso, el cuarto Dalai Lama, de la mano de Disney como produtora.
En aquel momento, y aún hoy en día, el tema del Tíbet era algo muy delicado para el país asiático, motivo por el cual películas como Siete años en el Tíbet también terminaron por colmar la paciencia de China quien finalmente decidió implementar un estricto control sobre el cine que ingresaba a su país.
En aquel momento, tanto Sony como Disney decidieron disculparse a su manera, pues la película de Martin Scorsese fue catalogada por Michael Eisner, CEO de Disney en ese momento, como un “error estúpido” en su visita al primer ministro chino, comentando lo siguiente:
“La mala noticia es que la película se realizó, la buena es que nadie la vio. Quiero disculparme y en el futuro deberíamos prevenir que este tipo de situaciones, que insultan a nuestros amigos, existan”.
Desde ese momento, el peso de China en las películas de Disney, Sony y otras productoras de Hollywood han optado por considerar las necesidades del público chino mucho antes de dar luz verde a cintas que pudieran afectar directamente los ingresos en el mercado local.
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