La verdad es que las baritas del niño de la escuela de magia y hechicería no son reales, no hacen lo que uno ve en las películas. En marketing y publicidad, la magia o el arte de adivinar no existe y suponer es pecado. Darle un completo y correcto brief a quienes esperas que te ayuden, es vital. Sólo así recibirás la mejor y más efectiva respuesta, en este caso, la mejor campaña para tu producto. Así, no necesitará de hechizos.
Preparar un brief -la información que requiere la agencia o incluso tu empresa de marketing digital sobre tu mercado, producto y competencia- es, hablando en plata, tu responsabilidad, sin embargo, no suele suceder así, por lo general, la agencia es la que va guiando al cliente para completar el documento. Lo hacen juntos.
Estas sugerencias, que son las más vitales -no enlisto todos los elementos que contiene un brief- pueden ayudarte a comprender lo importante que es esta información pues es, casi, la Estrategia de Comunicación que normará las acciones de tu marca, desde un post hasta una campaña completa en medios digitales y tradicionales.
No darle a tu agencia esta información a detalle, es como pedirle a alguien que haga una maleta sin conocer el destino.
– ¿Para que vas a hacer publicidad? Esto va más allá de: para vender más. Puede ser de posicionamiento, de promoción, para avisar cambio de empaque, una extensión de línea, en fin, múltiples razones pueden haber.
– Define el objetivo de tu campaña. ¿Qué meta pretendes alcanzar con la promoción?, por ejemplo.
– ¿Quién es tu público objetivo? No sólo es: mujeres de 25 a 35 años de NSE A y B+ En qué trabaja, cuánto gana, es casada, tiene hijos, qué le gusta, dónde vive, qué y cómo compra, en fin, todo lo que sepas de ella y si es necesario, averigua más, todo, qué le emociona, qué no,… De otra manera es como no hablarle a nadie. No se le puede vender todo a todo el mundo, y menos, un boleto para ganarse el avión.
– ¿Qué le vas a decir a esa mujer? Dale a tu agencia pura carne, sí, los atributos de tu producto pueden ser muy importantes para ti, sin embargo, para quien quieres que compre tu producto, eso no es del todo relevante. Lo importante es el beneficio final: cómo mejora su vida, en qué le ayuda, cómo le resuelve su problema, satisface una necesidad o le da una satisfacción.
– ¿Por qué tu producto puede hacer lo que ofrece? Una razón que justifique el beneficio.
Y finalmente, como las baritas mágicas no existen, vamos, no funcionan, no supongas nada ni digas lo que tu competencia dice o ha dicho.
Cuida las palabras que escribes, asegúrate que emocionen y ellas cuidarán de tu marca.
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Hasta el próximo miércoles.