Este año será recordado por el ascenso inesperado de la moneda virtual Bitcoin y las tecnologías blockchain. Pero algo de lo que casi no se habla es de que los fabricantes de tarjetas de video fueron los grandes ganadores.
Cuando comenzó el año, el Bitcoin tenía un valor de mil 15 dólares por unidad y era conocido por sectores muy especializados de la tecnología y las finanzas. El pasado 18 de diciembre se valuó en 18 mil 979 dólares. Lo que representó un crecimiento del mil 873 por ciento.
Semanas atrás, con el ascenso meteórico del Bitcoin comenzó una fiebre y miles de personas compraron o se interesaron en esta moneda que funciona bajo el concepto del blockchain, el cual es un modelo tecnológico descentralizado que no es exclusivo para transacciones monetarias.
Semanas atrás vimos un juego para coleccionar gatitos virtuales que funciona en blockchain.
En el aspecto físico, el Bitcoin funciona con cientos de miles de tarjetas de video conectadas a procesadores (no son computadoras completas) para realizar millones de transacciones.
Esto provocó que se incrementara la demanda de tarjetas de video fabricadas por Nvidia, marca favoritas entre los mineros de Bitcoin, especialmente el modelo Nvidia GeForce GTX 1070.
El principal ganador fue Nvidia, que este año vio un incremento en el valor de sus acciones por 82.94 por ciento, para colocarse en 195 dólares cada una y obtener una capitalización en el mercado de 118 mil 380 millones de dólares.
Aparentemente la fiebre del Bitcoin no ha terminado y aunque en días recientes la criptomoneda tuvo una caída de más del 25 por ciento de su valor, es muy probable que se recupere.
El principal desafió que enfrentan quienes se dedican a generar Bitcoin es la posible regulación por parte de los gobiernos de los países, algo que podría empezar en China, y esto también podría afectar a las compañías de tarjetas gráficas como Nvidia y AMD.