• Si la industria emula este exitoso ensayo, los festivales de música podrían estar de regreso muy pronto. 
• Los científicos no encontraron evidencia de transmisión masiva de Covid-19 tras concierto en Barcelona.
• Mientras tanto, el streaming aprovecha a un público cautivo para posicionarse como principal vía de ingreso de los músicos y, además, Spotify sube sus precios. 

El crecimiento del consumo de música straming, derivado de la pandemia, está llevando a un incremento en los precios del servicio. Spotify ya subió sus tarifas en Europa, Estados Unidos y hasta en Argentina. Pero la castigada industria de los festivales de música en vivo y los fanáticos de estos eventos podrían estar viendo la luz al final del túnel.

El mercado de la música en streaming se posicionó como nunca gracias a la pandemia, mientras que la industria de los eventos masivos en vivo y festivales de música vio caer un reinado que, hasta antes de la emergencia, valía 26 billones de dólares. Los fanáticos, aunque sedientos de música en vivo, optaron por suscribirse a algunos de los principales proveedores streaming, elevando la cifra de usuarios a los 443 millones, a finales del año pasado. Esto representó un crecimiento del 7.4 por ciento, durante 2020, y un ingreso de 21 mil 600 millones de dólares para la industria encabezada por marcas como Spotify, Deezer, Amazon Music y Apple Music.

Sin embargo, aunque todavía quedan algunas cosas por resolver, la reanudación de los conciertos masivos podría estar cerca. Así lo sugieren las conclusiones a las que llegó un grupo de científicos tras estudiar los efectos de una prueba piloto, con 5 mil asistentes, en un concierto de Love of Lesbian, llevado a cabo en Barcelona, España, hace exactamente un mes.

De acuerdo con estos científicos el evento no dio señales de ser un factor de supertransmisión del Covid-19. El doctor Josep Maria Llibre, miembro de la Fundació Lluita contra la Sida i les Malalties Infeccioses i l’Hospital Universitari Germans Trias i Pujol, encabezó la investigación e indicó que, tras el concierto, solamente se detectaron seis contagios, de los cuales cuatro no se habían producido durante el evento.

Sobre el par de personas de las cuales no se tiene certeza dónde se contagiaron, el estudio determinó que, analizando los datos, existen posibilidades mínimas de que se hayan infectado durante el concierto.

Sin embargo, aunque esta noticia ya causó entusiasmo en el mundo de la música, aún no se sabe a ciencia cierta si las personas vacunadas deberían tomarse en cuenta para realizar más pruebas como esta. Esto debido a que, aún con una carga vírica mínima, alguien que recientemente ha sido vacunado, podría contagiar a otros. Esto da a entender que nadie se puede confiar, después de que finalicen las campañas de vacunación, e ir a un evento masivo sin realizarse antes una prueba.

Además, lo que pedirían las autoridades, en cuestión de estándares internacionales para la industria de la música, es que las personas asistentes a este tipo de eventos se realicen pruebas de manera previa. Sin que esto asegure que los resultados caduquen antes del día de los conciertos. Esta condición generaría costos muy grandes tanto para futuras pruebas como para su implementación en eventos verdaderamente con fines comerciales.

Civilidad, orden y renacimiento del valor de la cultura: las claves

No obstante, los científicos dieron otra luz de esperanza al evidenciar en su estudio que un factor clave para la protección ante el contagio durante un concierto: el acatamiento de las nuevas medidas de civilidad, la sana distancia y el uso de cubrebocas durante todas y cada una de las canciones. Algo triste si se piensa que, tradicionalmente, los conciertos han sido vistos como un momento de desfogue de gargantas y sentimiento, pero también de muchos gérmenes.

Lo que es verdad es que esta prueba piloto podría ser retomada pronto por diversos actores de la industria. De hecho, el propio grupo, Love of Lesbian, celebró en sus redes sociales el éxito del concierto, que duró dos horas. Y enfatizaron que este suceso estableció una especie de libro o manual acerca de cómo organizar futuros festivales de música. “Esperamos que, a partir de ahora, después de estos excelentes resultados, el mundo de la cultura sea escuchado como merece, porque somos fuente de riqueza en muchos sentidos”, dice uno de los tuits de la agrupación.

Mientras siga la pandemia, el streaming se seguirá posicionando como la forma más importante de generar ingresos. Tan sólo en 2020, el 80 por ciento de los ingresos de los músicos, en Estados Unidos, provino de plataformas como Spotify. No obstante, el exigente algoritmo excluye en el camino a muchos creadores, quienes no tienen ganancias sustanciales si no producen masivamente y se mantienen cautivos de la industria del streaming mientras no haya conciertos masivos. Otra salida ha sido la creación de conciertos en vivo online que, aunque crecieron en popularidad, tampoco han tenido la relevancia que tenían los masivos eventos presenciales.