Lanzaron en la Argentina un dispositivo que, gracias al sistema de reconocimiento facial, identifica los movimientos del rostro del usuario, los vincula a una emoción y los decodifica para ser utilizado por las marcas.
Es un espejo que “capta los sentimientos de las personas y registra sus emociones frente a la comunicación de productos y servicios”, aseguran sus desarrolladores, al tiempo que dijeron que puede “cambiar la forma en la que las empresas diseñan la experiencia de sus clientes e incrementar la eficiencia de sus acciones de comercialización”.
El dispositivo fue creado por la agencia Smiling Cosmos y la consultora Practia, en Argentina.
Para Carlos Farfán, director general de Practia, el “espejo de emociones”, por ejemplo, “permitirá a los bancos, supermercados, empresas de servicios públicos y cualquier otro sector productivo en contacto directo con el usuario final, redescubrir los sentimientos de los clientes y rediseñar la experiencia que les proveen para mejorar los resultados del negocio en el corto y largo plazo”.
Físicamente, es una pantalla/espejo de 49 pulgadas (109 centímetros de alto y 62 de ancho), con una cámara web HD que capta la imagen de los consumidores y clientes que se paren frente a él y que se vean reflejados.
Una vez delante de la cámara, y usando computación cognitiva, el sistema reconoce cuando a la persona y registra en tiempo real las emociones que se dibujan en su rostro y, con esa información, puede “devolver” en la pantalla lo que la marca quiera.
“El espejo reconoce estado de ánimo de las personas, el tipo de emoción y su grado, por lo que es muy útil para comprobar cómo se siente el consumidor ante un lanzamiento, una campaña y para generar acciones de activación innovadoras“, dijo Mariano Rolfo, director de Smiling Cosmos, a cargo del desarrollo del espejo.
En Brasil
Este tipo de creaciones es similar a un espejo interactivo en Brasil que instaló Nutella para sorprender a los transeúntes. Cuando las personas pasaban delante, lanzaba halagos y cumplidos, logrando que se detengan a disfrutar de una inyección de autoestima.