La nostalgia se ha convertido en una poderosa herramienta de mercadotecnia. Marcas como Bimbo entienden que el recuerdo y las emociones que las vivencias pasadas pueden generar son un camino ideal para conectar con las audiencias.
Esto toma aún mayor relevancia cuando consideramos el papel que ahora las marcas tienen en el día a día de los consumidores. De acuerdo con un reporte presentado por Havas Media, el 45 por ciento de los consumidores globales entre 16 y 34 años aseguran que las marcas juegan un papel esencial en sus vidas, afirmación que entre el segmento de personas que tienen entre 35 y 54 años ocupa el 30 por ciento y entre aquellas de más de 50 años alcanza el 22 por ciento.
Esto ha provocado que la conexión emocional se ubique como un indicador de peso para la generación y crecimiento de cualquier negocio. Así, una reciente investigación firmada por Harvard Business Review indica que los clientes conectados emocionalmente con sus marcas son entre 25 y 100 por ciento más valiosos al hablar de rentabilidad que aquellos que simplemente se dicen satisfechos.
El 50 por ciento de las decisiones de compra están guiadas por las emociones
Las grande marcas lo saben, con lo que no es extraño que firmas como Apple o Coca-Cola apelen a estos elementos dentro de sus estrategias. En una de sus campañas más recientes, Bimbo parece sumarse al fenómeno y aunque podría leerse como una técnica nada fuera de lo común, lo cierto es que en marcas con tanta historia existe una delgada línea que debe cuidarse.
La marca de pan de caja tiene muchas referencias dentro del mercado mexicano. Sus acciones publicitarias han logrado ubicarse en el imaginario colectivo de la sociedad y acompañar a más de una generación en su relación con la marca.
Durante la década de los 90’s, la firma mexicana lanzó una campaña que hasta nuestros día es recordada. Una pareja de abuelitos con problemas auditivos crean una confusión que gira alrededor de uno de los productos de la marca, siendo la frase “Es de pasas, yo quería de nuez..¿cómo que no es?” una de las más recordadas y entendidas como referencia.
Este que podría catalogarse como un “éxito publicitaria” parece resurgir cerca de dos décadas después de su lanzamiento, material si bien tiene diferencias que intentan adaptarse a las realidades actuales, mantiene la esencia del primer comercial.
El resultado para la marca jugó en dos sentidos. Mientras una parte de la audiencia recordó con nostalgia el emblemático comercial, muchos otros criticaron la acción como un reciclaje de éxitos pasados.
Cuando veo el remake de este comercial no entiendo porque los “creativos” no actualizaron y minimo re-creaban la situación pero con pareja joven en el mismo conflicto pero usando celular y corrector ortográfico ( #ConsejoGratis @BimboMx ) https://t.co/eC6Iq2SqwZ vía @youtube
— ⚔? ???? ?⚔ (@un_candadito) 8 de mayo de 2018
Por cierto… El reboot del comercial de los panques -que era todo un clásico- de los abuelitos sordos es malísimo @Grupo_Bimbo.
— Santy Cerv (@SaintCerv) 2 de mayo de 2018
Este hecho deja en claro lo delicada que es la línea entre aquello que lleva al consumidor a vivir un episodio de la nostalgia junto a una marca y aquello que califica como “refrito” o reciclaje de ideas.
Aunque el concepto es básico, vemos como exige el máximo de estrategia. Conecta con las emociones del consumidor es algo más que hacer referencias del pasado, que aunque pudieron ser emblemáticas, son cosa del pasado. Esto no quiere decir que no se pueden capitalizar activos del pasado; sin embargo, la innovación será siempre la que marque el ritmo.