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No olvides cumplir con un tiempo para hacer lo que más te gusta.
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El tiempo es el único elemento de la vida que no puedes comprar.
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Aprende a decir que “no” cuando no quieres hacer algo.
Todo en la vida es un balance. Entre la luz y la sombra, entre el tedio y la diversión, entre la familia y el trabajo. Si la balanza se inclina demasiado hacia cualquiera de los extremos, el resultado puede ser peligroso. Pero dado que se suele trabajar cinco días a la semana y descansar solo dos, el equilibro entre tu vida personal y laboral, es uno de los más complicados de conseguir. Ambos lados te exigen y solemos darle más al que nos da dinero, puesto que creemos que así tenemos un ingreso para vivir la otra parte, la vida misma, fuera de las cuatro paredes de una oficina. Pero, si hacemos esto, no nos damos cuenta que nos olvidamos de nosotros mismos, el tiempo pasa y llegamos a sufrir consecuencias irreversibles. Los problemas mentales que puede ocasionar el trabajo son cosa seria, así que presta atención y encuentra el balance perfecto.
No puedes dejar tu trabajo, eso queda claro. Renunciar implicaría nuevos problemas, sin embargo, tampoco debes quedarte en un sitio que no te permite dedicarte a la otra parte de tu ser: tu familia, tus amigos, tus pasiones y diversiones. Entonces, ¿cómo dedicarle tiempo a ambos lados de la moneda? Lo primero es que seas consciente, que quites el pie del pedal y dejes de automatizar todo lo que haces. Recuerda por qué entraste a trabajar en primer lugar y regresa a ello. Si es posible, habla con tu jefe directo y coméntale como te sientes. Busquen llegar a un acuerdo juntos, en el que tú no te pierdas de tu vida, ni tampoco dejes de serle productivo a tu empresa. Las dinámicas de trabajo suelen estar muy cerradas a veces y quizá existen lugares que no se prestan a tanta flexibilidad, sin embargo, también hay algunos trucos que puedes implementar para balancear mejor las cosas.
El tiempo que no vuelve
Considera esto: el tiempo es el único elemento de la vida que no puedes comprar. Se va y no regresa. ¿En qué lo estás gastando? Modifica tus prioridades, haz ajustes, que aunque parezca que las 24 horas de un día no son suficientes, siempre hay manera de administrarlas mejor.
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Desconexión total
Apágate cuando sea necesario. Si eres parte de la maquinaría laboral, también tienes una palanca de apagado. En otras palabras: aprende a desconectarte de tu trabajo. En este mundo, lo decimos muy literamente, dado que las herramientas digitales se prestan a un contacto constante. Apaga tu celular por unos minutos u horas, no lo necesitas.
La importancia de la mente
Nuestra mente es muy compleja y muy traicionera a la vez. Si le ordenamos hacer algo, aunque sea de forma inconsciente, se dedicará a cumplirlo con tenacidad. Y así como le das malas órdenes, puedes darle buenas. Aprende a ser más consciente y relajarte, tanto en la vida personal como en el trabajo.
El valor del “no”
Todos hemos conocido a alguien que no saben decir que “no”, incluso aunque se trata de cosas que pueden ser dañinas para ellos. Y si no conoces a nadie, tal vez tú seas esa persona. Aprende a decir que “no” cuando no quieres hacer algo, sea lo que sea, si no te hace sentir cómodo o está fuera de tu horario laboral, no te pueden obligar.
Tiempo para ti
En tu vida personal existe la familia y muchas obligaciones, pero también existes tú mismo y tu interior. Así como cumples con un horario laboral, no olvides cumplir con un tiempo para hacer lo que más te gusta. Tal cual, dedícate a hacer lo que sea que quieras y que te llene de felicidad.