A pesar de que mucho se insistió sobre la posibilidad de llevar al cabo la edición 2021 del Super Bowl a puerta cerrada, lo cierto es que los interesados defendieron la idea de contar con público en este esperado evento, para en ultima instancia lograr su cometido.
La razón no es otra más que el sustancioso negocio que se esconde detrás de cada touchdown, el cual si bien está sujeto en gran medida a los derechos de transmisión y ventas de publicidad, no demerita las ganancias captadas por entradas, consumo el interior y veta de artículos promocionales.
El Gran Tazón en números
En este sentido, de acuerdo con la Federación Nacional del Retail (NRF), el Super Bowl es un evento que mueve más de 4 mil 800 millones de dólares.
Aunque una gran parte de estos ingresos se generan gracias a la relevancia que el evento tiene en Estados Unidos, lo cierto es que la final de la NFL también supone importantes ingresos y derramas económicos para otros mercados.
El caso de México es espacialmente importante al respecto. La cercanía geográfica y la cultura compartida con la Unión Americana ha convertido al territorio nacional en un campo de oportunidades para el negocio del futbol americano.
Las cifras que hablan sobre el interés de los mexicanos por este deporte son argumento suficiente para sostener la tesis.
Un reciente estudio entregado por Consulta Mitofsky indica que 1 de cada 5 mexicanos se dice seguidor del futbol americano, razón por la cual tiene sentido que México se ubique como el segundo país con más aficionados a la NFL, sólo después de Estados Unidos.
Con estos números, es sencillo explicar porque -de acuerdo con datos de StubHub- los mexicanos lideraron el año pasado la lista de nacionalidades extranjeras que compraron boletos para asistir al Super Bowl.
Las entradas más caras en 10 años
Aunque hasta ahora se desconoce la cantidad de espectadores extranjeros tendrá el duelo entre los Kansas City Chiefs y los Tampa Bay Buccaneers, lo que si se sabe es que esta edición será la que tenga las entradas más costosas en una década.
Cuando menos así lo revelan desde StubHub, plataforma que indica aunque el Super Bowl del año pasado en Miami fue el más caro de los últimos 10 años, esta nueva edición se convertirá en el encuentro con las entradas más costosas al momento.
Y es que el precio promedio en el que se vendió cada boleto este año fue de 7 mil 589 dólares (cerca de 154,743.50 pesos al tipo de cambio actual), cifra 18 por ciento más alta que los 6 mil 410 dólares que fueron el promedio durante el 2020.
Es importante mencionar que el estadio Raymond James en Florida solo admitirá 22 mil fanáticos, lo que supone un tercio de su capacidad. De este gran total, cero de 7 mil 500 recibirán entradas gratuitas, destinadas a trabajadores sanitarios de primera línea que ya han sido vacunados contra el Covid-19.
Precios más altos aún
Aunque estos precios ya podrían parecer exagerados, lo cierto es que se estima que el costo por entrada podría elevarse aún más en horas recientes y a medida que el evento se acerca.
StubHub afirmó para MarketWatch que “existe la posibilidad de que los precios vuelvan a subir a medida que los compradores que viajan compren sus boletos en las próximas 48 horas y los compradores locales de Tampa comiencen a comprar. Este es un evento único este año, más que nunca, con una audiencia tan íntima que recomendamos encarecidamente a los fanáticos que compren más temprano que tarde antes de que disminuya la oferta de boletos “.
Por último es importante mencionar que hasta este jueves por la mañana se contabilizaban cerca de mil boletos disponibles, cifra mucho menor a los 3 mil 200 tickets que se contaban para este momento del año pasado.