Esto es una premisa en la que se sostiene toda la industria y que se repite una y otra vez en las aulas de mercadotecnia deportiva y en todos los foros internacionales.
Lo primero es que esto es una industria y tiene ciertos comportamientos como cualquier otra. Responde a los estímulos externos (qué podríamos enumerar haciendo un análisis PESTEL) y cualquier entidad responde al mercado que busca abarcar (y aquí podemos hacer un FODA). A esto, también se le llama “deporte-espectáculo” y entenderlo de esta forma es fundamental.
Hay una declaración muy popular de cierto entrenador que dijo “Si quieren espectáculo, vayan a un circo”, y la perpetuación de estas ideas son perjudiciales. Esta frase es equivocada rotundamente. Y me permito explicarles porqué. Todos los actores involucrados en esa industria reciben una compensación económica desde jugadores, entrenadores, staff, directivos, etc. Los montos económicos para pagar esos sueldos, provienen de patrocinadores, taquilla, venta de merchandising, derechos de transmisión, licencias, y muchas cosas más.
Para que todos estos sectores se interesen en poner su dinero en la entidad deportiva es porque despiertan algo y ese “algo” es básicamente pasión con sus aficionados que al final son consumidores finales del club o atleta y sus mercancías (jersey, gorras, entradas). Esos aficionados son consumidores a los cuales, las marcas quieren obtener su preferencia y buscan contactarlos vía la TV o las transmisiones en forma de publicidad o bien, conectar pasionalmente vía el patrocinio. Para que esos fans estén enganchados, generen rating, ingresos, tienen que sentir atracción por el espectáculo que brinda su atleta o su equipo. Y esto es cada vez más relevante.
Las entidades deportivas como los clubes deportivos (basket, futbol, beisbol) tienen que entender que hoy el negocio está en el entretenimiento y en la generación de historias/contenido. No es casualidad que ahora en los principales servicios de streaming veamos documentales, películas o docuseries de equipos como el Manchester City, el Sunderland, los All Black de Rugby, el Bayern Múnich y las Chivas pensando en el caso mexicano.
Ese entretenimiento también se debe trasladar al terreno de juego, pareciera que en México y Latinoamérica hay una desconexión entre lo deportivo y la parte de la industria. Ambas partes necesitan entender que esta industria requiere una simbiosis que ayude a conseguir los recursos necesarios que mejoren las condiciones deportivas, desde infraestructura hasta mejores atletas o jugadores. En los cursos para Directores Técnicos debiera ser obligatorio tomar asignaturas de Comercialización y Mercadotecnia, para que los entrenadores entiendan la importancia que tiene el hecho de que el fan destine horas de su tiempo para ver un espectáculo deportivo o asistir al mismo.
Y es que hay una relación primigenia en esta industria: los jugadores y los aficionados. Esta industria no existiría si no hay jugadores que jueguen ni aficionados que los quieran ver jugar. Y los quieren ver jugar “bien” (no necesariamente significa una victoria o triunfo). Es importante no perder de vista esto. La diversificación de entretenimientos en general, la globalización, los nuevos servicios de streaming con más entretenimiento “on demand” están haciendo que poco a poco, sutilmente y de forma gradual, haya un desinterés sobre deportes que dominaban ampliamente esta industria. Por lo que la reinvención de cómo se presentan estos productos es vital para garantizar viabilidad de cara al futuro.
Hoy, más que nunca, se tienen que replantear los propósitos de cada entidad deportiva y de ahí derivar todo un modelo de negocio factible que busque tener a un consumidor leal y enganchado a su pasión. Ya no solo basta con saltar a la cancha, hay que hacer mucho más. Y eso ¿Qué creen? ¡Está sucediendo en todas las industrias desde hace varios años!
Así que hay varias tareas pendientes, pero la más difícil será que la expectativa del espectáculo en los escenarios deportivos sea acorde a la que espera el fan. Desde que un fan se sienta en la tribuna, está buscando presenciar un buen espectáculo. El deporte se convirtió en uno. Hace mucho. Aún hay quienes no lo quieren entender.