• Las energías renovables, históricamente, han probado ser menos fiables (en suministro continuo de electricidad) que los combustibles fósiles

• Esto las hace riesgosas para las operaciones mineras de Bitcoin, que pierden potencialmente millones si no trabajan constantemente

• Un minero solamente obtiene el bono de la red crypto cuando es el primero en resolver los problemas matemáticos del sistema

El Salvador no solo está innovando en el mercado crypto convirtiendo al Bitcoin en moneda de curso legal, un hecho sin precedentes en la política monetaria de todo el mundo. Además, de acuerdo con NPR, las autoridades del país centroamericano afirmaron que usarían energía geotérmica para minar la divisa digital. El movimiento podría proporcionar una solución limpia a una actividad que, bajo el actual status quo, tiene un costo medioambiental bastante grande.

No se trata de un anuncio nuevo. Horas después que se anunció la adopción del Bitcoin como una moneda de curso legal en El Salvador, el presidente Nayib Bukele dio a conocer que iba a usar este esquema de energía. Específicamente, el mandatario señaló en un tweet que le había pedido al presidente de su empresa estatal de generación geotérmica para elaborar un plan de trabajo. Específicamente, se piensa usar el calor que irradian sus volcanes para este objetivo.

Concretamente, se usaría el calor extremo de la actividad volcánica para poder calentar agua subterránea. Esto generaría vapor, que a su vez activaría una turbina giratoria, generando la electricidad necesaria para las minas. La criptomoneda registra transacciones con la ayuda de una red de computadoras que resuelven problemas matemáticos complejos. La máquina que los resuelve primero se lleva un bono en Bitcoin, lo que requiere un uso continuo de energía.

¿La solución al eterno problema del Bitcoin?

Esta propuesta de El Salvador es brillante porque presenta una solución doblemente efectiva a la minería de Bitcoin. Como ya se dijo, las máquinas deben trabajar constantemente tratando de resolver los problemas matemáticos, o pueden perder el bono ante otras operaciones de gran tamaño. Y de acuerdo con el Financial Times, muchas de las empresas que se dedican a estas actividades dependen de combustibles fósiles, con el costo más alto para la atmósfera.

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Aunque se ha llamado a la incorporación de más energías renovables, es difícil que fuentes al estilo de la solar o la eólica sean un sustituto viable para la minería de Bitcoin. Agentes como Dalhousie University apuntan que estos sistemas no pueden proporcionar electricidad de una forma constante como los combustibles fósiles. Sin instalaciones de almacenamiento, no se puede tener un flujo más que cuando haya viento o sol, factores que varían a lo largo del año.

El plan de El Salvador es tan interesante porque la energía geotérmica de los volcanes es un recurso poco usado. Según NewScientist, este tipo de generación eléctrica representa menos del uno por ciento de la producción global. Pero su potencial podría alimentar las necesidades del planeta miles de veces, con la inversión necesaria. Tal vez este experimento con Bitcoin se haya encontrado por fin una solución genuinamente verde para la industria de criptomonedas.

Una opción para Tesla

La iniciativa de El Salvador debería ser particularmente atractiva para el magnate sudafricano Elon Musk. La empresa suspendió los pagos con Bitcoin en Tesla, a solo unas semanas de haber iniciado, luego de las críticas al impacto medioambiental de la criptomoneda. A la vez, dijo que pensaba volver a aceptar este método una vez que se adoptara un esquema para la minería más sustentable. La energía geotérmica volcánica podría ser su boleto a la victoria.

Y debería llamarle aún más la atención considerando sus más recientes declaraciones. En un tweet, Musk aclaró que volvería a aceptar Bitcoin una vez que se confirmara que 50 por ciento de la minería se hace con fuentes renovables. De acuerdo con Smart Energy, alrededor del 39 por ciento de las actuales operaciones ya se hacen con energías verdes. Lo único que faltaría sería tener un esquema de medición independiente y fiable, e impulsar un poco la balanza.